Matrimonio y virginidad: sobre Cuadernos 10.- Ananaru.
Fecha Monday, 23 October 2006
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Nunca le he prestado atención a los Cuadernos aquí publicados, ya que en mi época de la Obra no eran libros a los que tuviera especial afecto. Pero leyendo la página del viernes me ha llamado la atención la siguiente frase de Cuadernos 10:

 

El Opus Dei ha hecho del matrimonio un camino divino, una vocación. Llevo más de treinta años -escribía nuestro Fundador en 1959- tratando de meter en el alma de tantas gentes el sentido vocacional del matrimonio; y enseñando -esto no lo digo yo, lo ha definido la Iglesia- que la virginidad, y también la castidad perfecta, es superior al matrimonio, hemos exaltado el matrimonio hasta hacer de él una vocación.

 

Me ha llamado la atención porque, como ya he expresado alguna vez, yo he empezado un nuevo camino vocacional en la virginidad inesperado para mí, ya que cuando me invitaron a dejar la Obra me dijeron que mi camino era claramente el matrimonio, y en cuanto salí empecé a buscar novio. Y eso precisamente fue lo que, cuando el Señor me hizo ver claramente que me quería para Él, esta vez no dudara de si me había inventado la vocación. Pues bien, en este tiempo he descubierto la maravilla de la vocación a la virginidad (y no es por hacer proselitismo, pero ¡qué gozo es que el Señor te diga “tú eres mío”!), y precisamente por eso me ha dado grima leer que la vocación a la virginidad, y también la castidad perfecta, es superior al matrimonio y que esto lo ha definido la Iglesia. He sentido curiosidad por ver dónde lo define así la Iglesia, y he acudido al nuevo Catecismo, que es donde está contenido todo lo que ha definido la Iglesia. La única alusión que he encontrado respecto a esta relación es la siguiente:

 

“Estas dos realidades, el sacramento del Matrimonio y la virginidad por el Reino de Dios, vienen del Señor mismo. Es Él quien les da sentido y les concede la gracia indispensable para vivirlos conforme a su voluntad. La estima de la virginidad por el Reino y el sentido cristiano del Matrimonio son inseparables y se apoyan mutuamente: Denigrar el matrimonio es reducir a la vez la gloria de la virginidad; elogiarlo es realzar a la vez la admiración que corresponde a la virginidad”. (Catecismo de la Iglesia Católica 1620).

 

Y me da la sensación de que justamente dice lo contrario a Cuadernos 10, esto es, que las dos vocaciones son exactamente iguales (como dice un amigo, “en la Iglesia no hay vocaciones de segunda o de tercera clase: todo es primera”), como no podía ser de otra manera. Porque si no, ¡vaya guarrada a los que el Señor concediera una vocación inferior! Creo que no necesita más comentarios.

 

Un fuerte abrazo a todos,

Ananaru.









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