Hola a tod@s,

Leyendo los escritos de hoy viernes (casi mañana a las 23.53 pm) me han venido a la memoria algunos recuerdos de cuando empecé a vivir fuera la Firma (me gusta mucho esta denominación).

Contacté con mi mejor amigo (con quien, naturalmente, había perdido contacto principalmente porque me trasladé de mi ciudad natal al terminar el centro de estudios) y empecé a salir. Las primeras veces eran las primeras veces que salía en general pero con 23 ó 24 años. O sea, la locura, pero el hígado resistió bien hasta el momento.

Lo que me ha venido a la cabeza sin embargo no fueron las primeras farras (de las que recuerdo más bien poco debido al colega etil) sino los encuentros con otros miembros de la Firma por la calle, por ejemplo. Recuerdo dos en concreto. La primera fue en la delegación cuando fui creo que por última vez a que alguien me confirmara que ya estaba fuera (cosa que ya sabía pero parecía que me lo tenía que decir en persona el responsable del departamento de no sé qué). Así fue. Fui a la delegación, esperé quizá media hora y vino el personaje en cuestión, me dijo que ya estaba fuera del todo y adiós. Qué absurdo el montaje, pero bueno, si había que cumplir con eso se cumplía y punto. Ahí me encontré con uno que vivió conmigo en el centro de estudios y que nos lo pasábamos realmente bien. Nos reíamos mucho mucho. Hasta el punto de que me corrigieron porque éramos demasiado colegas y tal cosa que me molestó. Pues me levanto para saludarle y tal y el tío como si hubiera visto a un apestado. Me dice básicamente adiós y se va. Eso me dolió profundamente.

El otro recurdo es que comprando CD's con mi hermana mayor en unos grandes almacenes me encuentro con otro personaje con el que conviví al menos un año y que también nos llevábamos muy bien. Además, el era un año mayor y tenía una impresión de él como de liberal total dentro de los límites y eso. En fin, casi que evita mirarse conmigo. Yo le saludé y sorprendí a mi intelecto intentando justificar por qué iba con una mujer como mi hermana que, sinceramente, es guapísima. No fuera a pensar que recién salido (asumía que él lo sabía y, si no, lo imaginó sin más al verme con mi hermana fijo). Me aceleré sólo con ese pensamiento. Realmente llevaba muy pocos días fuera de la Firma y mi hermana fue mi principal pilar de apoyo. Me aceleré y me dio un mal rollo el encontronazo impresionante. Pensándolo más tarde pensé que al personaje ese le importaba un bledo si yo iba con mujeres o con hombres o con ambos guapos o feos, musulmanes o católicos. Pero la desazón que me causó me preocupó. Qué tics... Es normal. Pero cuesta tanto tiempo normalizarse tras casi 9 años dentro...

De todos modos, las reacciones de esas personas no debieron sorprenderme en absoluto. Cuando me fui al primer centro después del centro de estudios a un profesional que vivía en aquel centro le ocurrió una "enfermedad" curiosa. Sinceramente, era tan ingenuo que creí lo de la "enfermedad" de aquel hombre. Que estaba muy mal, que rezáramos mucho por él. Está tan mal que se ha ido a vivir con sus padres... Creí que estaba mal. Dios mío, qué manera de mentir. En fin, que un día me lo topé por la calle y le vi mejor que nunca, más feliz que nunca, incluso más gordito. Fantástico. De todos modos, creo que debí poner la misma cara que me puso a mi en la delegación mi ex-"amigo del alma".

Ahora lo comprendo. Pensaba que el "enfermo" tenía algo de la cabeza y que era incluso peligroso. Qué manera de jugar con las personas...

Ahora, que llevo viviendo otros 10 años fuera de la Firma voy comprendiendo más cosas.

En fin, sólo quería compartir estos recuerdos con tod@s y perdonad si aburren. Creo recordar que alguna vez se ha criticado a esta página por ser un poco un valle de lágrimas y foro de las miserias de los ex que no tenemos pudor en exponer y tal y cual. Pues me gustaría decir que llorar a mi me ha hecho un bien tremendo y creo no exagerar si presumo que a mucha más gente también.

Maurina