Querida Isabel Nath (11-10):
En mi correo del pasado lunes (9-10) yo no argumentaba lo que tú me atribuyes, o desde luego no lo pretendía, solamente comenté lo que le había oído al párroco y realicé alguna deducción, pero creo que no hice mía la argumentación.
En todo caso, siempre estaría dispuesto a modificar mis argumentos para no excluir a los solteros... hubo uno famosísimo hace más de dos mil años...
Un abrazo.
José Antonio.