Querida Encarna:

Empiezo a contestarte asi porque te he querido durante 22 años y te sigo queriendo ahora. Para mi nada a cambiado entre tu y yo.

Has recibido mi charla cuando era adscrita, te has pasado horas sentada en mi cama cuando estaba mala y no podía ir al centro, has tirado de mi cuando a los 15 años yo ya tenía claro que la obra ni era lo mío ni me gustaba ("bendita" coacción moral, pero no es el tema). De ese tiempo te recuerdo con cariño. Uno de mis tesoros durante años fue la carta que me escribiste cuando me fui de Tamarindos a Gavia ¿te acuerdas? lloraba cada vez que la leía. Eras una persona muy divertida, llena de alegría y de vitalidad, con unos ojazos que lo decían todo. También hemos vivido juntas  los últimos años de mi vida en la obra. Permíteme que lo diga pero allí te vi sufrir y llorar. Por todo, por lo bueno, por lo malo y por lo regular te quiero.

Nunca he escrito en la web por una razón: por si hacía daño, aunque fuera un daño subjetivo, a las personas con las que había vivido dentro de la obra y a mi padre que es un super al que quiero con locura, ¡fíjate que lejos de tu afirmación "solo para hacer daño"!.

También te equivocas cuando dices que al irnos de la obra "nos quedamos un poco vacios" . No, Encarna, nos quedamos muy heridos, con unas heridas profundísimas y dolorosísimas de las que no podemos pasar sino que hay que curar para reconstruirnos por dentro.

Me da pena que tu escrito (Mi opinión.- Encarna González ) no tenga el sello de la misericordía de Dios, del amor, de la comprensión sino que tenga el sello de la ironía, de la ignorancia y de la frivolidad. Con esas afirmaciones tan prepotentes faltas a la verdad y a la caridad, realmente no sé qué pretendías con tus palabras.

También te equivocas cuando generalizas "a quienes vivimos tan a gusto sin vosotros"( te recomiendo este artículo, que a mí me llegó al alma, Nosotros somos vuestros hijos y hermanos -Ottokar- 19/07/2006). Me ha venido a la cabeza la imagen de la parábola del buen samaritano, ¡qué lejos está tu frase del corazón de Jesús donde caben todos. ¡Qué pena si eres de los que mira para otro lado cuando te cruzas con una persona que ha compartido todo contigo, en vez de descubrir que tal vez necesita que alivies sus heridas con una palabra amable o simplemente con una sonrisa sincera. No generalices, porque tengo amigas de verdad dentro de la obra, que han conocido mis heridas y se han ofrecido para curarlas, numerarias y supers que viven muy a gusto conmigo y que no pasan de largo. No las metas en tu saco donde no cabe la caridad .

Tambien te equivocas cuando dices la web "solo está para hacer daño...". Yo pienso que la web está fundamentalmente para ayudar a curar esas heridas de las que te hablaba. Está para echar una mano a las personas que nos hemos ido, para echar una mano a esas personas que siguen dentro y piden ayuda en silencio o a gritos, para que cada cual denuncie lo que le parezca denunciable de la obra y también para reirnos, porque hay veces que nos reimos muchísimo.

No sé como teminar, solo decirte que fuera de la obra soy feliz, tengo muchos más problemas de todo tipo, confío más en Dios, estoy mucho más cerca de El y solo quiero ser cada día un poco mejor persona. Y como anecdota .... te diré que me casado. Ya sabes cómo localizarme y siempre que quieras estaré para ayudarte o al menos para informarte.

Aprovecho para saludar a los amigos de la web; aunque os leo  siempre no era mi propósito escribir. Yo quería escribir solo un artículo que llevara por título "mi asignatura pendiente: poder perdonar" que algún día enviaré. Pero quiero deciros que aquí estoy para echar una mano de corazón, a todo el que lo necesite. Por si os sirve, a mí me ha ayudado mucho para salir adelante la devoción a la divina misericordia y esa mano amiga que viene a través de la web.

Agustina, ya sabes que no estoy nada metida en la web, por eso si te parece que tienes que aclarar algo de lo que he dicho sobre ella, adelante.

¡A ser felices!

Arancha Plaza