Sobre la conciencia y la culpa.- Ana Azanza
Fecha Monday, 09 October 2006
Tema 900. Sin clasificar


Envio otro "Ruedo", y quería hacer un comentario anodino.
 
¿Recordáis que cuando se rompía alguna cosa había que decirlo a la directora? me ha pasado algo esta semana y me ha venido a la cabeza que estando en el centro deestudios, se me cayó una bandeja con vasos mientras bajaba las escaleras. Recuerdo la cara de disgusto de una numeraria mayor que presenció el hecho.
 
Me enseñaron que debía de decirlo para que la directora me pusiera una penitencia, tipo: reza un Acordaos, como cuando se hacía la enmendatio en el círculo. Me pregunto si esto es legal en la iglesia, ir poniendo penitencias por sandeces.
 
Creo que si está claro es que el hecho de decir "he roto tal cosa" era una forma más de reconocer una culpa, de que te pusieras una carga a tí misma. Echarse las culpas de todo y exculpar a los verdaderos culpables, esto es lo que desgraciadamente el opus consigue de sus víctimas, doblegar conciencias. Cuando la conciencia es lo más sagrado de una persona. Si el opus hubiera hecho eso una sola vez, ya sería suficiente para saber que es una institución indigna, pero lo han hecho miles de veces y lo siguen haciendo por sistema. Por eso no hay nada que salvar de ellos, bueno sí, el capital para repartirlo entre tantas necesidades como hay en el mundo.
 
¡Qué vida llevábamos! siempre con la agenda en mano,  examinando y dando cuenta de absolutamente todo. Karen30 dice que sus padres pensaron cuando volvió a casa: "hemos fabricado un monstruo", lo curioso es que a pesar de ello no reaccionaran y dejaran ellos también ese lugar en el que se fabrican monstruos a base de hacer renunciar a la vida, a los sentimientos, a la libertad.
 
A quien pregunta sobre el amor con una ex numeraria, yo lo dejaría correr. Hay que leer la experiencia de maria Cristina, que contrajo matrimonio con un ex numerario que era un "partidazo".
 
En cuanto a Ruedo Ibérico, yo estoy aprendiendo bastante sobre la historia más reciente de España. Me molesta profundamente esa idea del opus como algo puro, bajado del cielo. El opus como todo lo que nace entre seres humanos, tuvo un "humus", una tierra en la que florecer. Me ayuda a comprender el horror, el encierro, la falta de libertad que viví el hecho de saber que en mi país, España, en los años sesenta había una censura terrible, que todos los mejores intelectuales y artistas habían huido, que todavía había delación y miedo a la misma, que el sr. Fraga organizaba campañas para ahogar cualquier iniciativa intelectual que diera algo de luz. Incluso hubo libreros en la cárcel acusados  de contrabando y defraudación de divisas por el hecho de comprar y distribuir la revista Ruedo Ibérico que se hacía en París. Bajo la apariencia de liberalización la represión continuaba por obra de un señor que ha sido presidente de la Xunta de Galicia hasta el año pasado... Fraga encubría la represión al pensamiento libre con otros cargos. Este modo de proceder, de hacer la vida imposible a alguien al tiempo que se sonríe y se dice "defender" una supuesta legalidad me resulta muy familiar.
 
 
Ana Azanza








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