En el umbral de los cuarenta.- Armando
Fecha Wednesday, 27 September 2006
Tema 010. Testimonios


Hola a todos!

Faltan pocos días para iniciar la cuenta regresiva que me llevará a los cuarenta años; acontecimiento emblemático cuando estás dentro. Aunque mi cumpleaños siempre era eclipsado por el acontecimiento del día posterior que era - y sigue siendo - el 2 de octubre. Esto hizo que las celebraciones por mi natalicio pasaran siempre a un segundo lugar y apenas pudiera "disfrutarlo".

A medida que se acercaba el año en que cumpliré cuarenta, pensaba en la forma en que pediría celebrarlo. Quería algo distinto, que no fuera marcado por el guión establecido para esa clase de acontecimientos, esto porque había visto cada cosa que era pasar vergüenza ajena y por tanto no quería que tuvieran que hacer el tonto para "agasajarme". Ahora no merece la pena mencionar que había pensado pedir, no obstante me viene el recuerdo de la última celebración de "cuarenta años" que viví dentro. De antemano digo que no era lo mismo para los agregados que para los numerarios y hasta en una fecha tan señalada como esa, se presentaban las diferencias y te lo hacían notar.

En aquella ocasión me acuerdo que el cumpleañero tuvo que pasar lo suyo, no sé si él lo pasó mal, pero yo si. El programa de celebraciones consistió en un aperitivo, cena de "gala" y luego una tertulia de "actos", es decir, números que preparaban para deleitar al cumpleañero, con la consiguiente película de su vida desde la más tierna infancia hasta el momento presente. Pero esa celebración fue especial porque nunca había visto un montaje como aquel. La escenografía consistió en exaltar al "burrito" el cual apareció en todo momento. Una cortinilla de papel de colores primorosamente preparada por la Admon., intercalaba el número 40 con cabezas de burro, todo debidamente estilizado pero que si al inicio era agradable y venía bien, luego ya caía en lo absurdo, porque junto con eso había un burro hecho de papel de tamaño natural en el centro del salón. No contentos con esto se les ocurrió pedir una tarta en concordancia con el tema de la decoración. Debidamente preparado y decorado, la figura del burrito aparecía en toda la tarta en figuritas de pastillaje, en el centro, una noria y alrededor la frase "soy un burrito, soy un burrito". Porque faltó tiempo no se les ocurrió modificar la letra del "cumpleaños feliz" a "burrito feliz".

Esto de cumplir años y sobre todo la forma en que se espera la llegada de la fecha con la consiguiente celebración, tiene sus fases según la edad que se alcance, no todos los cumples son iguales. Antes de los 25 con que orgullo se escucha el número que ha alcanzado de edad o si no, cual butanero va uno por la calle diciéndoselo a todo el mundo, sin que venga a cuento se despacha el dato y tan pancho. De los 25 a los 30 entra una especie de discreción que se acrecienta a medida que el fatídico número 30 asoma sus narices. Ya no va uno con bombos y platillos diciéndo "cumplo tantos..." sino más discretitamente se dice "pues veintitanto..." y ante la insistencia de una concurrencia por de más curiosa y morbosa, pues ya suelta uno el dato "28". Sin faltar la típica boca que diga "ya vas a llegar a los 30" y se te nubla el panorama completo.

Pero de los 30 a los 40 es como empezar a purgar una pena que en tu interior no sabes cuál es pero que algo te dice que si es, aunque no caigas en la cuenta de lo que realmente es. Llegar a los 30 constituye un shock en algunos casos porque prácticamente es llegar a ser adulto. Pero no obstante,  con esta sociedad post moderna que acuña términos para quedar bien con todo el mundo y no tener que decir las cosas por su nombre, es decir al pan, pan y al vino, vino; pues esa sociedad acuñó el término "treinteañero", ahí cabe de todo. Desde el recien estrenado en los treinta, hasta el que gasta  sus últimos segundos con 39. Todo el personal en similares circunstancias va a dar ahí y claro, sus cumples son más comprometedores, porque si encima vive en casa de sus padres y es soltero, va toda la peña a festejar al agasajado y la pregunta de rigor "cúantos cumples..." El otro tragando saliva y sudando dice "37" -por ejemplo-. inmediatamente el pensamiento de todos es "hombre, y aún no ha hecho nada por la vida, solterón y en casa de sus padres", esto es pontificado por el general sin tomar en cuenta que más de alguno de los que así opinan está en la misma situación.

A medida que te aproximas a los 40 empieza una cantaleta que parece una maldición, cual canto de las gorgonas: "AHHHHHHHHH ya vas a llegar a  los cuarenta, vas llegar a los cuarenta!!!!", pues esa es mi situación actual, te dan unas ganas de tirartele al plañidero de turno y cogerlo por el cuello para hacerlo callar; pero la educacion, la urbanidad y el sentido común te hacen desechar en el acto ese pensamiento malo.

En conclusión, el domingo empieza mi cuenta regresiva a los míticos cuarenta años, por lo tanto, tengo ante mi 365 días para reflexionar sobre el significado de esa cifra y sobre todo, para hacer un voto de santa paciencia y llevar lo mejor que se pueda la espera.

Un abrazo!

Armando









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