Otra que quiso ser Prelatura Personal.- gomez
Fecha Wednesday, 27 September 2006
Tema 110. Aspectos jurídicos


Sobre la información que da Trinity acerca de los ex miembros de la Sociedad Sacerdotal de San Pío X que forman ahora una Asociación de Derecho Pontificio, pero que quisieron ser Prelatura Personal, quiero aportar lo siguiente:

Cuando la Iglesia episcopaliana de los Estados Unidos aprobó la ordenación de presbíteras, hubo una especie de revolución en el clero episcopaliano y varios sacerdotes decidieron pasarse a la Iglesia católica. La solicitud fue tramitada a Roma por la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos en 1977. Los sacerdotes disidentes pedían ser recibidos en la Iglesia católica, mantener su matrimonio y el deredcho a su uso y formar una Prelatura Personal. El tema fue estudiado, y como respuesta se les dijo en 1979 que serían recibidos como sacerdotes, pero que debían ser reordenados como presbíteros católicos, que podían seguir con su matrimonio, aplicándose entonces el derecho de la iglesia católica oriental, pero que no se les daría el carácter de Prelatura Personal.

Así, curas ordenados varios años atrás tenían que pasar dos años por el seminario y volverse a ordenar. El primero que terminó este proceso fue James Párker, que fue reordenado en junio de 1982.

Este mismo procedimiento se siguió en Inglaterra a partir de 1993, cuando fue autorizada la ordenación de mujeres. El paso de clero a la iglesia católica incluyó a Douglas Leonard, que era obispo emérito de Londres.

Ya Pío XII había autorizado el paso de sacerdotes luteranos de Alemania, a la Iglesia católica en las mismas condiciones. El primer caso fue el de Rudolf Goethe, en Maguncia, en 1951.

Estos hechos históricos son importantes, cara a lo que se viene discutiendo desde hace siglos acerca del celibato opcional para el clero católico de Occidente Con la cada vez más creciente ordenación de diáconos casados y la aceptación de presbíteros casados provenientes del anglicanismo, el matrimonio del clero católico es cada vez menos extraño en el paisaje eclesial.

El papa Juan Pablo II dijo en 1990 que sí se podrían ordenar hombres casados como presbíteros, pero él (el Papa) se reservaba el derecho de dar el permiso individual. Es decir, no delegó en los obispos esta posibilidad, como sí sucede con la ordenación de diáconos permanentes casados. Que se sepa nadie ha sido ordenado hasta la fecha por esta vía, pero cuando el clero célibe sea cada vez más escaso, ¿de dónde van a salir los nuevos presbíteros? Ya se sabe: de los diáconos casados, que entonces ya dejarán de ser "permanentes".

Gomez









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