Llámanos cualquier cosa menos inmaduros. A Javier_G.- J.M.
Fecha Sunday, 08 February 2004
Tema 140. Sobre esta web


Hola, Javier:

Lo primero que me llena de satisfacción, es ver que rebajas el tono de tu carta. En la anterior rayas el insulto, por no decir que te metes plenamente dentro. A lo mejor a ti mis palabras te han parecido también hirientes u ofensivas. Te aseguro que repasé diez veces el texto procurando que ninguna línea lo fuera. Porque lo que sí quería es que fuese firme. Porque si a ti te duele lo que consideras que son injusticias, debes pensar que a la recíproca, también duele. No me voy a parar a considerar qué dolor es más íntimo: la Obra, te lo dejaban bien claro, debíamos considerarla como nuestra propia familia, por lo que se nos animaba a que de vez en cuando, cuando alguien decía algo contra ella, contra la Iglesia, etc., surgiera la frase: "Oye, a ver qué dices, que eso es como si estuvieras insultando a mi madre". Así es que el que lo vive así (por no decir "el que se lo acaba creyendo", pero es que a lo mejor suena ofensivo) puede que lo sienta muy dentro. ¿Pero no lo siente muy dentro el se ha tenido que reconstruir su estima propia y sus modos de relación con la gente y tú dices que sufre "trastornos de la personalidad propios de adolescentes veleta y casposos"? ¿O uno que vive en mi casa y que ha dormido quince o veinte horas esta semana, al lado de la cuna de su niña, con subidones a 39 de fiebre cada seis horas? Y no me echo flores, no hace falta. Yo no soy Superman, cualquier padre de familia normalito (también supernumerario) hace lo mismo. Que sí, que los desvelos y preocupaciones de la labor del Centro y el Club Juvenil son la leche. Pero "la clase de tropa" también tenemos lo nuestro. Me alegra que "no seas tan joven como creo". Si estás en esas circunstancias entenderás mejor lo que digo.

Vamos, que por ahí, principalmente va el sentido de mi queja: llámanos cualquier cosa menos inmaduros, o poco equilibrados. Hemos levantado mucho, y como desde que no somos de la Obra estamos devorados por la soberbia y el orgullo, queremos que se nos reconozca un pelín.

Pero, en fin, veo que sigues con que lo que se pone aquí ("en vuestra página"... ¿mía? Esto, creo yo, es un foro. Escribe libremente quien quiere y se lo publican. Bastante tengo yo con que me funcione el "Güindous" bien, como para tener que administrar opuslibros.com) es injurioso y calumnioso...

Pero bueno, ¿exactamente qué? Yo he pasado once años en la Obra, creo que sé algo de lo que hablo (o leo). Ahora me he leído mucho de lo que se ha puesto aquí. Estoy de acuerdo con muchas de las cosas. No estoy de acuerdo con la forma de expresar otras. Sus motivos tendrán los que las han escrito para decirlas de manera tan dolida. Una pequeña parte, no tengo datos para decir que sean ciertas o falsas. Pero, todavía no he visto nada aquí escrito que tenga que decir: "se lo ha sacado de la manga. Es mentira podrida". Me dices que no eres de la Obra: pues tú mismo te respondes, en parte. No todo lo sabes, no todo lo vives. Cuando me faltaba poco para pitar (2º de BUP), un compañero del colegio, de ésos contestatarios y "en mal plan", me dijo que en la Obra (su hermano había estado y se había ido) "se ponían pinchos para mortificarse, oye". Me entró un cabreo alucinante. "Qué cosas tiene la gente. Que los del Opus Dei se ponen pinchos para mortificarse, con lo cristianos corrientes que son. En vez de eso, se mortifican con pequeños detalles que hacen la vida agradable a los demás, y así son gratos a Dios. Qué mala uva. La gente es capaz de decir incluso que se dan latigazos. Si eso son cosas medievales". Pues nada, ya lo conté en otro correo: lo del cilicio me lo dijo el Director en una charla a la semana de pitar y debí poner tal cara que no me dijo lo de las disciplinas. Incluso fui a una convivencia de recién pitados y oía a la gente hablar de disciplinas por aquí, disciplinas por allá. Ni idea de lo que era. Pensaba que sería la autodisciplina que uno se debía imponer para cumplir las Normas, o algo así. Luego, ya enterado del tema, le dije a ese director: oye, que me dijiste lo del cilicio, pero lo de las disciplinas no. Quedé como un pardillo. Y, metafóricamente hablando, se puso a silbar y a mirar al techo: "¿Ah, sí? Pues no me acuerdo. Yo siempre que le explico a alguien lo uno, le explico lo otro, se me debió pasar (¡¿...?!) , etc.".

Y de manera pareja te deja intranquilo también el tema del anonimato, cosa que me hace mucha gracia, porque cualquiera que me conociera en mis tiempos de la Obra y lea lo que he escrito, sabe quién soy, del mismo modo que yo en unos cuantos días me di cuenta de quién era Satur, el emblema testimonial-humorístico-ensayístico de esta página. Él no me conoce a mí, lo que pasa es que media Obra lo conocía a él.

¿Te has parado a pensar que este anonimato a quien le beneficia es a alguno de la Obra? Fíjate que yo puedo decir que el Celador Fulano se metía el dedo en la nariz, o que el cura Rev P. Mengano salió del confesonario una vez como una auténtica fiera, porque se le sugirió que la Misa del Centro ya iba con veinte minutos de retraso, y él interpretó que si le metíamos prisa para empezar, podría ser más probable que alguien no se confesara y comulgase en pecado mortal (que sí, que ese sábado por la tarde había "furnsbo" en la tele, no digo yo quién tenía razón, la anécdota es sólo para relajar). Bueno, pues yo digo todas esas cosas y cualquiera lo tiene mucho más fácil para tirar del hilo y decir "a ver, a ver, ... J.M., Jenaro Múlez, del Club Altocampo ..., en el año 2008, ¡anda! Pues el secretario del que habla es Fulgencio Quílez. ¡Anda! Qué pasote se pegó". Perdona que le dé tonillo humorístico al evento. Lo mismo también te molesta.

¿Que para entrar en la Obra nadie te pone una pistola en el pecho? Es cierto. Léete (si quieres, por supuesto) lo que puse el 21-01-2004 (está justo debajo de lo que te contestaba a ti) Va de ese tema y creo que en ningún caso es una respuesta al uso, diciendo "yo tengo la razón a ultranza". Más bien es un análisis acerca no sólo de por qué entra uno "libremente" a los dieciséis años en la Obra (o a los catorce y medio), sino también de por qué se tira luego décadas haciendo cosas espiritual y vitalmente chirivitifláuticas, junto con otras muy, muy buenas, que yo nunca negaré. Y, con la mano en el corazón, ¿no te estremeces con Ana María? Puede que haya muchas maneras de poner una pistola no sólo para entrar, sino para que te quedes dentro.

Hasta pronto. Personalmente, espero volver a ver mensajes tuyos en este foro. Hasta el Rey dice que "hablando se entiende la gente".

J.M., (alias enrolleitor, por la longitud de los correos)







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