La valentía de irse.- Opacan
Fecha Friday, 22 September 2006
Tema 040. Después de marcharse


Después del parón del largo verano me animo a escribir de nuevo. No lo hago con más frecuencia porque me quedo tan maravillada por tantos escritos que leo ... que pienso que mis líneas pueden hacer perder un poco el tiempo a otros. Por otro lado, a una le  hace falta de alguna manera expresar ciertas cosas que sabe que van a ser comprendidas por tan buenas gentes.

Cuando leo diferentes envios en el que se narra el momento de la salida, pienso... ¿Y por qué no habré dado ese paso antes de que me mandaran a casa por depresión? ¿No fui valiente? ¿No se me paso por la cabeza? ¿No pensé que pudieran llegar a tomar esa medida?

Una vez fuera..., ¿Cómo pude seguir cerca tanto tiempo? ¿Cómo pude asistir voluntariamente, dos años después a un curso de retiro, y aguantar que se me ignorara por completo? ¿Cómo pude pedir que me asignaran a una persona para hacer la charla como tenía siendo numeraria? ¿Como fui capaz de seguir con tantas prácticas, más o menos absurdas en mi situación, después de lo que me habían hecho sufrir? Lo peor es que me creía que esa era la Voluntad de Dios, que me creía más privilegiada porque me había hecho sufrir de aquella forma... Tengo respuesta para casi todas esas preguntas, tenía, como se dice vulgarmente, el coco comido.

El tiempo todo lo alivia, mi dependencia fue haciéndose más leve, ya no escribía cartas al Padre, pues sabía que no iban a tener respuesta sincera, no iba apenas por los centros, porque me sentía desubicada, dejé de ir a los círculos porque me ponían de los nervios las conversaciones sobre cremas faciales de alto standing, pantalones de tal modisto y bolsos de.....; todo aquello me rebelaba, chocaba frontalmente con la doctrina que yo esperaba recibir y me iba "escupiendo" hacia fuera progresivamente. (Un inciso, cuando me fuí del centro de estudios me regalaron una colonia de marca, que a saber a quien habían confiscado).

Ahora, gracias a esta web, y a todo lo que he ido conociendo, creo que puedo decir con certeza que paso de todo aquello. Creo, que ahora sí puedo decir, he tenido la valentía de irme, porque no quiero ni verles, no quiero volver a ir por ningún centro, pienso evitar a toda costa que cualquiera de mis hijos los conozcan, y a los que no me queda más remedio que tratar por parentesco o relación laboral, cuanto más lejos y menos, mejor.

Un abrazo a tod@s y hasta la próxima,

Opacan

 









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=8374