EL CORREO DEL OPUS DEI, COMO MIGUEL STROGOFF
Algunos miembros de la prelatura personal del Opus Dei, sobre todo numerarios y agregados, están emulando a Miguel Strogoff, el héroe novelesco de Julio Verne, que tuvo que pasar muchas peripecias hasta conseguir que el correo que se le había encomendado llegara a su destino. La situación se presenta en toda su crudeza cada vez que una de estas personas se desplaza a Roma, donde la institución tiene su sede central, o regresa a Madrid desde la llamada Ciudad Eterna. El problema se agrava con las fuertes medidas de seguridad que se han tomado últimamente en los aeropuertos de todo el mundo. El problema no es grande cuando se trata de una carta, pero sí cuando existe una maleta o bolsa.
Hasta que dejé el Opus Dei hace poco menos de ocho años, se nos aconsejaba a varones numerarios y agregados que cuando fuéramos a viajar a Roma, antes nos pasáramos por la sede de la prelatura en España, en la calle Diego de León número 14 para recoger la correspondencia que se enviaba a la sede central, en Viale Bruno Buozzi, 73-75. Siempre seguí fielmente las indicaciones que se me dieron.
Cuando un numerario o un agregado acepta llevar esa correspondencia en maletas o bultos y lo incorpora a su equipaje sabe que debe hacer frente a una serie de situaciones que se plantean. Por ejemplo, cualquier pasajero no puede llevar más de 20 kilos de equipaje y si supera este peso, debe pagar una cantidad de dinero por llevar algo que se hace como un favor y que luego no cobra.
Dentro de la Obra se aconseja que el portador de las maletas y equipajes no debe desprenderse de ellos y, en consecuencia, no deben ser facturados. Existen casos en los que es materialmente imposible lograr que, a la hora de llegar al mostrador de facturación, el personal de las líneas aéreas acepten las condiciones que nos han puesto al aceptar el encargo en el Opus Dei. ¡Cuánto dinero se ahorrarán en la prelatura con este sistema de llevar correo interno!
Debo confesar que, en la mayor parte de los casos, no se me explicó lo que llevaba en las maletas o bultos que se me habían entregado en Diego de León,14 de Madrid para llevarlos a la sede de la institución en Roma. He oído en tertulias que algunas personas del Opus Dei lo pasaron mal cuando tuvieron que explicar a los profesionales de la aduana del aeropuerto algunos objetos que llevaban en su equipaje. En mi artículo anterior hablé de joyas y piedras preciosas que algunos de la Obra habían donado a San Josemaría Escrivá cuando éste viajó a España en 1972. Puede que algunas veces ese haya sido el contenido de lo llevado a Roma.
Los directores del Opus Dei aconsejan a los portadores de estos objetos que al llegar Roma lo primero que hagan sea tomar un taxi y pasar por la sede central de Bruno Buozzi, 73-75. De este modo, como el de llevar a mano el encargo, se evita que se pierda el envío. ¿Existe mayor eficacia y economía de medios? Ya quisieran tener este sistema muchas de las compañías privadas que presumen de la rapidez de su trabajo o de seguridad en el transporte.
Lo mismo sucede cuando el envío de maletas y bultos se hace desde Roma y es utilizado un numerario o un agregado desplazado. Al llegar a Madrid debe acercarse a Diego de León,14 y decirle a la numeraria auxiliar que se encuentra a la puerta que trae correo de Roma. Inmediatamente baja alguien y recoge la “correspondencia”. Yo, que vivía con mi familia, pasaba antes por la sede del gobierno de la Obra en España que por mi domicilio familiar.
Sabido es que las publicaciones internas mensuales del Opus Dei , como son “Crónica” y “Obras”, para varones, o “Noticias”, para mujeres, se editan en una imprenta que existe en la sede central en Roma. Todos los centros de la prelatura disponen de uno o varios ejemplares de cada una de ellas, según sean los varones o las mujeres. Estoy convencido que un vez traje de Roma a Madrid un considerable número de estas publicaciones. Terminado el trabajo, cuando me pude ver ante el espejo observé que tenía una señal en el hombro, debida a la excesiva carga que había traído. No recuerdo cuánto tuve que pagar por el exceso de equipaje pero sí este dato.
Existen otras formas de correo interno del Opus Dei. Es el caso del que las comisiones ( conocidas exteriormente como vicarías regionales) envían a las delegaciones y éstas a los centros, y el de la carta que debe portar una persona de la prelatura cuando se desplaza a otra ciudad y debe permanecer allí durante algún tiempo. En ese caso lo que debe hacerse es que el de la Obra porte un sobre ordinario y lo entregue en el centro que se le asigne.
Un sistema interno del Opus Dei establece que si el que viaja a otra ciudad es numerario o agregado el texto de la carta diga al director de allí: te presento a (el nombre de la persona), “amigo de Miguel”, y si es supernumerario, “amigo de Gabriel”. Que aprendan las empresas de correos.
NACHO FERNANDEZ
