ME FUI Y SOY FELIZ.- carmens
Fecha Friday, 01 September 2006
Tema 010. Testimonios


Hola a todos! Tengo unos años leyéndolos y viendo cómo la historia se repite, para algunos más dura y difícil de superar, pero al final es la misma historia de decepción.  Les advierto que no soy tan buena escribiendo como algunos de ustedes, sin embargo, quiero compartir con ustedes mi testimonio.

Me animé a escribir gracias a los últimos escritos de EMEVÉ, donde nos cuenta que ya es mamá. 

Pues yo conocí la obra a la edad de 20 años, a través de un amigo (compañero de estudios en la universidad) cuyo hermano era numerario.  Al principio me extrañó que no fuese un sitio donde nos pudiésemos reunir personas de ambos sexos.  De hecho, mi amigo sólo me dejó en la puerta de aquel centro y me animó a que entrara.

Como a ustedes, me trataron super bien, muy amables, educados... Me comenzó a gustar toda la atención que me prestaban, cómo me tomaban en cuenta para todo.  Mi familia al principio (por no conocer al opus) pensó que era algo bueno y que si era una institución aprobada por el Vaticano pues, sin duda, debía ser buena...

No me dí cuenta que me asignaron una chica que era quien siempre me atendía y escuchaba.

Recuerdo que unos días después que le comenté que no tenía novio y nunca había tenido novio me pasaron a conversar con la directora del centro, quién ahondó en detalles acerca de mi vida personal.

Considero que para esa época yo era una persona muy manipulable psicológicamente y por supuesto una presa fácil.

Asistí a las charlas de los sábados, tertulias, cursos de cocina, en fin todas las actividades que allí se realizan y que mi cerebro de alguna manera no quiere recordar los nombres exactos que les daban (qué increible).

Creo que no habían transcurrido tres meses cuando en una confesión el sacerdote me dijo que "no es que tú te hayas enamorado de Dios, es que Dios se enamoró de ti" y sentí que yo no era nadie para decirle NO a Dios! y ese mismo día escribí la carta de admisión.

Hubo fiesta allí, dijeron que yo tenía una estrella en la frente, ja! creo que lo que tenía era la cabeza estrellada.

Por supuesto, comenzó una transformación. Cambio en el vestir : normalmente en la universidad usas jeans y ahora tenía que usar vestido largo; cambio en la manera de actuar: la mayoría de mis compañeros y amigos eran varones porque mi carrera universitaria era ingeniería y me prohibieron continuar con sus amistades "para cuidar el corazón", recuerdo que era horrible llegar en las mañanas a clase y evitar saludarles y al finalizar la clase salir corriendo para no hablar con ellos.  En mi casa también las cosas se sintieron, recuerdo una vez que los obligué a ver una película de Escribá, ellos no le prestaron mucha atención o no tanta como yo esperaba y yo me molesté  por eso (qué estupidez la mía!).

En otra ocasión MENTI en mi casa para poder quedarme allá una noche, nunca había mentido para quedarme fuera de mi casa.  Y tuve que ver como una numeraria durmió en una tabla sobre un colchón! 

Entonces comencé a estar triste y no sabía por qué.  Un día frente a una imagen de la Virgen de Guadalupe me di cuenta que yo no quería esa vida.  Siempre había soñado con tener un matrimonio como el de mis papás, ellos siempre se quisieron mucho y fueron un gran ejemplo.  Me di cuenta que Dios no podía querer que yo fuese tan infeliz para el resto de mi vida.  Dios nos quiere felices, Dios nos hizo para ser felices y para ser nosotros mismos no para que nos vayan apagando.  Pero cuando les hablaba a ellos de esto, eran hábiles y doblegaban mi razón.

Mis papás comenzaron a darse cuenta de los cambios y entraron en un estado de desesperación (nunca me lo voy a perdonar) al ver que me desvanecía y ellos no podían hacer nada porque yo no contaba nada (por esto de que "la vocación es como una pequeña llamita que hay que cuidar para que no se apague").  Mi papá comenzó a enfermar.  Mi hermana me dijo llorando que mi papá y mi mamá se estaban enfermando por mi culpa, porque ya no sabían que hacer para que yo dejara de asistir al centro.

Entonces reaccioné y les dije que no iba a hacer ninguna oblación, ellos sólo me pidieron que esperara dos meses más, que a todos nos pasaba, que "nuestros papás no querían que nos fuéramos de casa pero que al final cuando te casas también te vas de casa". Y nuevamente me quedé con ellos.

Un día en la universidad estaba sentada sola con mi tristeza y de pronto apareció uno de mis profesores, y me dijo "¿qué tienes?", no pude contener las lágrimas y le conté todo.  Creo que esa fue mi salvación porque me dio las fuerzas para terminar de zafarme de ellos.

Fui esa misma tarde y les dije que no iba a esperar dos meses, que yo necesitaba irme ya porque si no me moría.  Entonces me hablaron del "dolor que siente cuando un hijo se va de casa" (pero no les importó el dolor de mis padres cuando me iba de mi verdadera casa), dijeron que ese dolor era muy fuerte y por eso era mejor que no pisara ningún centro de la obra por lo menos en cinco años.  Creo que esta fue otra jugada psicológica, porque obviamente uno le toma cariño a muchas de las personas que hay en los centros y era un último intento para que me quedara.

También me hablaron de lo mal que me iría por no hacer lo que Dios quería para mi.  Ese semestre de universidad lo perdí completamente, no aprobé ni una materia.

Pero me recuperé con ayuda de mi familia, me gradué de Ingeniero Electrónico con honores, conseguí trabajo en una gran empresa desde hace seis años, me casé con un hombre maravilloso,  y que les cuento soy MAMA!

Sólo hay una cosa que le agradezco al Opus Dei y es que por su "santa coacción" aprendí a querer más a mi familia.

Y saben qué? Ahora si estoy segura que todo esto es lo que Dios quería para mi porque soy muy feliz! Y no me canso de darle las gracias a Dios por ser tan bueno conmigo y regalarme tantas bendiciones.

Carmens









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=8273