Me gustó el testimonio de Miguel. Lo único que observo es una suerte de disociación en sus recuerdos, pues por un lado dice que
"Sabía que a partir de salirme no iba a tener ninguna ayuda de mis compañeros del opus dei para perseverar en la fe y en el amor a Jesucristo"
y por otro que está
"convencido de que son unos tipos estupendos que lo único que hacen es servir a la Iglesia y al mundo"
Saludos,
E.B.E.