Estimado EscriBa y todos!
He leído con atención tu carta y aunque va dirigida a Agustina, al estar publicada aquí pienso que nos atañe a todos.
Estando aún fresca su lectura en mi mente, he querido escribirte para decirte GRACIAS, así, muchísimas gracias por tu valentía, por tu disposición y deseos de hacernos conocer la verdad de muchas cosas a través de esos documentos que se publican en esta web.
Todo el contenido de la misma es digno de comentarios porque me ha hecho recordar muchas cosas, uno de tantos recuerdos es la fecha de la canonización en la cual estuve al lado del altar, igual nos vimos sin saber quiénes éramos y dónde nos encontraríamos en el futuro.
Para mi también esta web de opuslibros ha sido mi tabla de salvación, me ha permitido darme cuenta que no soy el único, para apreciar las posibilidades que tengo de salir adelante; para conocer personas excelentes de gran valía, de un nivel intelectual impresionante y que casi todos y todas están fuera y ahora llevan una vida normal, común y corriente como supuestamente era el ideal que intenté vivir durante casi 19 años.
La web opuslibros la encontré por casualidad hace tres meses y desde esa fecha estoy enganchado. Durante las vacaciones de verano de Agustina y las orejas, me he puesto al día y cada vez estoy más impresionado y sobre todo, más disgustado conmigo mismo. No sé si algún día llegaré a perdonarme mi ceguedad, el estar tan empecinado en no querer analizar las cosas con profesionalidad; si lo hacía con todo, no entiendo por qué jamás me percaté que debía hacerlo con la Obra que era parte de mi vida. Tu proceso ha sido distinto EscriBa y por eso te admiro y te felicito, el mío fue todo lo contrario, fue el pensar que hasta el último momento la verdad absoluta estaba en la Obra y yo era el renegado que me cerraba en banda ante lo que Dios quería. Esta mentalidad la tenía hasta hace tres meses que encontré opuslibros.
Como dice Alberto Moncada acertadamente en su carta, hay que pasar página y estoy en ello, pero este "reincorporarme" a la sociedad implica el perdonarme a mi mismo, proceso que veo difìcil aunque no imposible. No le hecho la culpa a nadie porque nadie es responsable de mis actos, el único que debe dar cuenta de lo que he hecho y dejado de hacer soy yo. El único que se dejo manipular libremente fui yo y por tanto, es conmigo mismo que debo saldar cuentas para superar esta etapa con satisfacción.
Señales tuve muchas en el camino y siempre las acallé, siempre esa lucha incesante por silenciar mi conciencia, por no hacer caso a lo que me dictaba la razón, el no cuestionar nada, el luchar por ser cada día más un mejor borrico. Es esta parte la que más me cuesta superar, y es lo que espero solucionar, no sé cuándo, pero ojalá que llegue pronto.
Ya me he enrollado, todo era para decirte muchísimas gracias por tu carta y reiterar mi agradecimiento a Agustina por todo el bien que me ha hecho por medio de está página. Ella dice que no es merecedora de tanto agradecimiento, yo le digo que cualquier gesto por agradecerle todo su trabajo se queda corto ante la empresa que lleva en sus hombros.
Un fortísimo abrazo
Armando
