Pero ¿quién manda en la Obra?.- Rapelu
Fecha Monday, 28 August 2006
Tema 110. Aspectos jurídicos


Sin entrar en muchas disquisiciones que a estas alturas me aburren mucho, sobre todo despues de haber "pasado" casi 27 años dentro y tener tantas cosas ahora por hacer... y tanta prisa pues uno ya no es tan joven, he observado ciertas opiniones sobre un tema curioso. Me refiero a los escritos de Doserra y Ramon-dos sobre el gobierno en la prelatura.
 
Puede parecer muy lapidaria mi forma de decirlo, pero de verdad que no se trata una opinión más: En todos los sentidos, jurídicos, canónicos y de praxis real, el gobierno de la prelatura recae de forma habitual, jerárquica y constante en el clero de la misma. Y se cuidan muy mucho de que así sea, aunque se pueda disfrazar. De hecho cuando como canonista lo afirmaba en algunos ámbitos había quien se enfadaba pues toda la vida era el repetir que los laicos gobiernan... que no mandan los curas... En realidad mandar solo manda un consejo gobernado por sacerdotes y de forma jerárquica se transmite hasta el último club de verano, de una forma muy estudiada y casi perfecta. Es decir sería como afirmar que en la diócesis mandan los curas... no: manda el obispo y los curas con cargos transmiten.
 
Es curioso pero una de las primeras cosas que hizo Joaquin Navarro Valls en su puesto de portavoz fue trasponer a la iglesia lo que en la prelatura se venia haciendo desde el principio: que las directrices y gobierno llegaran de forma muy rápida a todos en todo lugar. En la iglesia ocurria que obispos latinoamericanos, por ejemplo, se enteraban de decisiones del papa por la prensa con la carga de opinión correspondiente. Primero con subvenciones para poner fax a los obispos, luego con internet, etc. consiguió algo fantástico. Había aplicado lo que siempre había visto: las decisiones llegaban en el día y todos a una obedecían...
 
Todo fantástico hasta que unos por un lado y otro por otros empezaron a pasarse: las praxis ahogaban y llenaban páginas... se quemaron y a redactar vademecums y glosas con un espíritu menos cuadriculado... pero al poco tiempo volvian a ser las antiguas praxis, se citan con fechas, numeros, paginas... y ahogar de nuevo. Hasta el punto que los arquitectos daban orientaciones por escrito de cómo hacer altares... y en la mayor parte de las delegaciones se toman al pie de la letra y los institucionalistas burócratas a exigir que el ancho de 45 cms, la cruz a 165... de locos, todo igualito. Y al final se vuelve a lo que tantos hemos visto y desde aquí denunciamos: les importa más la institución que las almas.
 
Rapelu








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