Los restos mortales de Lola Fisac, una de las primeras mujeres de la historia del Opus Dei, e Isidoro Zorzano,  el segundo de los hombres de la prelatura, en proceso de beatificación, se encuentran depositados en sepulturas cercanas, a unos 100 metros, dentro del cementerio de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid, en la zona denominada como de los Héroes de  Cuba. Así lo he podido constatar en una visita muy reciente a este camposanto.

Lola, fallecida el pasado año cuando era la más antigua del Opus Dei, era hermana de Miguel Fisac, uno de los primeros numerarios, que decidió abandonar en 1956 lo que hoy es una prelatura personal. En su tumba, los restos de esta mujer están acompañados por los de otras dos numerarias: Carmen Paniagua y Carmen Alemany, fallecidas entre 2003 y 2005. Se trata de una sepultura en la que pueden ser enterradas cinco personas. Cada una de ellas aparece con su nombre completo, con su fecha de nacimiento y de defunción.

La cabecera de la tumba de Lola Fisac, Carmen Paniagua y Carmen Alemany cuenta con una imagen de la Virgen del Carmen en color bronce y el letrero “In pace”, que se utiliza en los enterramientos del Opus Dei. A los pies existe el escrito: “Vultum tuum requiram” (quiero ver tu rostro).

Sin embargo, los restos de Isidoro Zorzano no están enterrados en una tumba sino en un nicho, a unos 100 metros de sus “hermanas. Las únicas palabras en el nicho dicen “In pace”, y la fecha del nacimiento y la muerte de este ingeniero de origen argentino. No existe ningún relieve escultórico. Es frecuente encontrar en este lugar flores de plástico o de tela. 

El lugar del primer enterramiento de Isidoro Zorzano fue ocupado posteriormente por los restos del pintor Fernando Delapuente; Javier Ayesta, director de la Oficina de Información del Opus Dei en España en los años sesenta y sesenta, y Fernando Conesa, profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid. Solo se indican sus nombres de pila.

Nacho Fernández