Al contrario que Doserra, yo veo bastante lógico que un cura numerario si deja el opus deje de ser cura. Tu mismo escrito lo demuestra: en el opus las "vocaciones" sacerdotales realmente no son tales, provienen de decisiones de los directores. Cuanta más rabia te dé ser cura más posibilidades tienes de que te propongan de parte del "Padre" la ordenación sacerdotal, justamente eso remarca que no es algo que nace en la persona, sino en el mando institucional.

 

Con lo cual como tú mismo dices, hay una perversión clara del sacramento del Orden en el opus dei. Hay un uso fraudulento que en efecto plantea el problema de la validez de esas ordenaciones. Sencillamente por el hecho de que el orden sacerdotal se recibe en la iglesia católica para servir a todas las almas, a todas sin excepción. Y en el opus, tú también lo explicas, los numerarios y agregados se ordenan para "emplearse" en la prelatura. Una vez más al margen del resto.

 

Por todo esto, no es que aquí digamos que la obra es una secta, es que ellos hacen de sí mismos una secta, separándose de los demás bautizados, marcando distancias. Eso quiere decir secta, algo separado. Estoy de acuerdo contigo en que la iglesia debe tomar cartas en este asunto como dices al final, pues es "anti eclesial" impartir el Orden sacerdotal para uso exclusivo de un grupo. Y tanto que la iglesia quiere mandar y organizar, ¿por qué no mandan y organizan estas cuestiones que son de su exclusiva incumbencia? menos aceptar el visiteo de los vicarios opusianos y las tonterías y más ir a lo gordo de los abusos que se hacen...

 

Todo ello sin entrar en el tema del uso de la confesión sacramental para sonsacar y presionar... Eso sí tiene tela.

 

Otra cuestión interesante que también apuntas ¿por qué alguien que hubiera estado en un seminario o noviciado no puede entrar en la prelatura? porque vería los abusos, que se hacen en nombre de Dios y de la iglesia, es la verdadera razón. Aunque en el opus dei siempre nos dijeron que era por la "mentalidad laical".

 

Recuerdo una señora de Ubeda en mis últimos años que quería pitar de supernumeraria y no la dejábamos porque había estado en su juventud en un noviciado, y otra en Pamplona que era supernumeraria con diez hijos y sin embargo había estado a punto de ser monja de clausura antes de casarse, ¿Cuál sería la razón en este caso para haberla dejado pitar? misterios de la arbitrariedad opusina.

 

Ana Azanza