Vaya viernes.- Supo
Fecha Monday, 31 July 2006
Tema 140. Sobre esta web


Hola a todos:

El viernes pasado fue impresionante. Me parece percibir que hay gente de vacaciones y que por lo tanto el número de las participaciones ha descendido, no así su calidad. Excelente el texto, y la traducción de Isabel Nath. Quisiera agradecerle a Oráculo el esfuerzo que está haciendo. Los que hemos dicho que algunas cuestiones canónicas o teológicas nos superan no podemos por menos que agradecer esta sistematización. Nos va ayundando sin ningún género de duda. Lo de las cincuenta carta fundacionales y la singuli dies ha sido un trabajo de chinos. Mi enhorabuena a los filólogos que lo han trabajado (para los que no lo sepan eso es lo que hacen los filólogos estudiar textos históricos, según la clasificación de las ciencias de Alvaro D'ors).

Tanto Klingsor como Gancia nos recuerda aspectos importantes: lo que realmente vale son las personas, quedémonos con las que queremos y nos quieren. En el chat alguien dijo el otro día refiriéndose a su pareja: cuido lo que me cuida. Puede parecer egoísta, pero no lo es: es corresponder al amor con amor.

El texto del Arte de vivir es increíble. La primera parte me parecía recordar a los concursos que hay en España (y supongo que en otros países) para ver quién es el mejor cocinero de tortillas de patatas o quien hace mejor los combinados. Realmente es un ambiente muy aristocrático e inteligente (sin desprecio de los que por su profesión hacen tortillas de patatas o combinados).

A Tap, qué se le puede decir: hermana, muchos están contando su historia por dos razones: terapia de grupo y para ayudar a otros. Las dos razones son nobles y necesarias. Si después de leer otros textos como los de Carmen Tapia o Ana Azanza crees que lo tuyo es más fuerte, entonces te animo a escribirlos. Si es más suave, no pasa nada. Eso sí siempre salva a las personas que lo merezcan. En cuanto a ver cómo podemos encontrar a antiguos amigos, la verdad es que hay que pensarlo bien cuando quieres mantener el anonimato. Pero estoy convencido de que la tecnología nos acabará ayudando. El chat lo hace por ejemplo. Entiendo y admiro que Isabel Nath sea valiente y haya pedido que aparezcan más fotos, pero algunos tenemos familiares muy directos que son de la Obra a los que presionarían para que a su vez nos presionasen para dejar de escribir con libertad. Los que habéis puesto vuestras fotos, por favor, aceptad nuestro anonimato: algún día podremos salir del armario, como en su día salimos de la Obra, eso sí con más tranquilidad.

Recuerdo que el día que me fui le dije a otro numerario (hoy no lo es, pero no sé si es super) que estaba en la sala de estar, Mira voy a cerrar esta puerta que ahora va a salir la administración (esa puerta era la que separaba la sala de estar del recibidor por el que debía salir con mi maletón).  Por supuesto no dijo ni pío y siguió en su trabajo: estudiaba arquitectura (carrera que tampoco terminó). Cerré la puerta, me fui hasta mi habitación, cogí el maletón y me marché con una sensación de alivio increíble. Pero no estaba el director para decirme que pedía un taxi, no estaba el subdirector para decirme que si llegaba correspondencia para mí me la mandaría, no estaba el secretario para decirme que si necesitaba un poco de dinero para los primeros días me lo daba o me lo prestaba, que ya hubiera sido bastante. Solo había un numerario más joven que yo al que engañé diciéndole que venía la administración. Lo hice por no dar explicaciones: el director se las tendría que dar a los demás en la tertulia o en la charla individual o no las darían. En ese centro nos habíamos marchado ya dos en lo que iba de curso. El director debía estar pasándolo mal. Ahora bien, sabían que yo me iba porque llevaba sin hacer la charla casi dos meses. Eso significa que me iba a echar, así que mejor marcharse.

La única persona que me ayudó fue un compañero de clase que tenía coche y que me llevó del centro a otra casa.

Excelente la recopilación de frases hechas de Lúlu (1) (2). ¡Cómo me he reído! Añado una: soltar el sapo. Decir algo que te cuesta mucho, como que has mirado a una rubia por la calle y casi tienes un pensamiento impuro.

No se puede dejar de agradecer a Agustina y demás orejas su permanente labor, incluso en el verano.

Supo, que no sapo, aunque todavía queden cosas por contar, pero no lo vamos a hacer todo de golpe.









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