Me ha conmovido la reciente carta de Ottokar a la Sra. Valenzuela. Son de estos escritos que, según lees, te das cuenta de la tremenda verdad que expresan, y que te llegan hasta el fondo, porque enseguida te sitúas en el dolor de una persona que, llena de buenos deseos, no puede compartir con sus seres más queridos, también bienintencionados, lo que más necesitaría hablar para sanar una herida muy dolorosa.

            Esa negación que se hace en la Obra del derecho a la libre comunicación, hace mucho daño a sus miembros. Les crea como un tabú, que les impide cambiar impresiones sobre todo lo que ataña a esta institución, y hasta cuestionarse interiormente los asuntos más palmarios. Les aborrega, como decía Mabel, robándoles su propio criterio, su conciencia.

            La medicina está en ejercitar ese derecho natural que la Iglesia reconoce como derecho personal del fiel en el canon 212 §3 del vigente Código latino. Pues, al airearse adecuadamente los problemas, todo empieza a curarse con la gracia del Espíritu. Y los errores que muchas veces habían inculcado l@s Directores/as se ponen en evidencia y pierden esa virulencia maléfica que sólo se mantiene, como dice E.B.E., en ese enrarecido y artificial clima de aislacionismo y hermetismo en que ellos tratan de mantener a los fieles de la Prelatura, en esa especie de “Gran Hotel Paraíso”, que diría G. Luckács, para que en ese mundo aparte, no se den cuenta de lo que se advierte fácilmente al estar en medio del mundo.

            Gracias Agustina, por facilitar esta terapia, por ayudar a “pensar contra la barbarie”, que diría Theodor Adorno, por contribuir a recuperar la libertad. Gracias por tu trabajo riguroso… y abnegado. Pues es muy agotador ponerse a actualizar la Web, cada dos días, al volver del trabajo, con la profesionalidad y buen criterio con que lo realizas. Y gracias asimismo a los que ofrecen sus testimonios; y también, como muy bien dice Isa Nath, a los que con sus estudios ponderados y profundos nos ayudan a integrar de un modo terapéutico los sufrimientos padecidos.

            No hagáis mucho caso a los enredos de l@s de la Oficina de Información. Buena señal es que se pongan nervios@s. Lo están y mucho, con Opuslibros.org, l@s Directores regionales y centrales (a los de los niveles inferiores no les permiten leer esta Web), que ya no se recatan de desaconsejar públicamente su lectura en los medios de formación, acusándola de estar doctrinalmente mal enfocada: ¿por qué entonces, no han sido capaces de responder los artículos de fondo que se han publicado recientemente sobre los abusos que se comenten en la institución a escondidas de la Jerarquía eclesiástica?

            Que Dios os pague vuestra aportación a este foro de comunicación y liberación.

                                               Trinity