Querida Agustina, escribo por primera vez en esta página y te pediría que me corrigieras un poco mis faltas ortográficas pues nunca aprendí el castellano con sistema y menos aún haber tenido clases de gramática. Tengo un castellano un poco raro, lo siento,  de tanto leer “noticias” y cosas similares. (Vamos, los primeros doce años he hojeado noticias sin poder entender nada, solamente viendo las fotos de tantas señoritas guapas, siempre bien vestidas y demasiadas  pintadas).  

Bueno, normalmente no tenía la intención de escribir algo en esta pagina,  siempre andando con la duda, si este dar-vueltas-una-y-otra-vez a las heridas que una estuvo recibiendo durante toda su vida en la Obra, si esta reflexión comunitaria de verdad produce los frutos que intenta. Creo que esta pagina es necesaria, sin ninguna duda, pero no quiero ocultar que, otro día, me quedé bastante pensativa con una cita de Francisco de Sales. Dice así:   

“Quéjate  tan poco como puedas de las injurias que te hagan, porque es  cosa cierta que, ordinariamente, el que suele quejarse peca,  porque el amor propio siempre exagera las injurias; pero,  sobre todo, no te lamentes en presencia de personas inclinadas a indignarse y a pensar mal. Y, si fuese  conveniente desahogarte con alguien, ya para poner remedio a  la ofensa, ya para calmar tu espíritu, hazlo con  almas tranquilas y que amen mucho a Dios, porque de otra  manera, en lugar de dar descanso a tu corazón,  provocarán mayores inquietudes; en lugar de arrancar  la espina que te hiere, la clavarán más fuertemente en tu pie.” (Tercera parte. Introducción a la vida devota  CAPÍTULO III  DE LA PACIENCIA) 

Bueno, esto es lo que pido a Dios: Que siga el trabajo de esta pagina, sanando las heridas de los que se han ido y ayudando al Opus Dei que esta bastante enfermo. Que seamos almas tranquilas, que amemos mucho a Dios y que demos descanso a los corazones  arrancando las espinas.

Un abrazo fuerte. ¡Que Díos bendiga a todos!

Pacifica

Nota de Agustina. Querida "Pacífica", no se trata de "quejarse", se trata de que no repitan en otros adolescentes y gentes de buena fe, lo que nos sucedió a muchos. Si hubiéramos tenido la información que ahora tiene la web: los testimonios, los documentos internos, las reflexiones sobre la doctrina que imparte la obra, etc., al menos podríamos nosotros y nuestros padres, haber manejado las dos caras de la moneda. Y si hubiéramos podido hablar con otros que se fueron, desahogarnos mientras estábamos pasándolo tan mal dentro, no habríamos tardado en dar el paso de salir. Creo que no hay que callar porque de ese silencio, el opusdei se ha servido durante muchos años para seguir haciendo daño y mintiendo "en nombre de Dios". Yo, la denuncia sobre la institución la tengo asumida como un deber de conciencia; sería más cómodo para mí no involucrarme, pero me remordería la conciencia si no lo hiciera. Y no quiero vivir con la conciencia intranquila. Un abrazo fuerte, Agustina.