La Hermandad Secreta de Torre 2. De cómo escondimos el material sensible.- Alanc
Fecha Wednesday, 12 July 2006
Tema 010. Testimonios


De cómo escondimos el material sensible…. y no nos volvieron a agarrar

Cap.6 de 'La Hermandad Secreta de Torre 2'

Alancourt, 12 de julio de 2006

 

La Hermandad pasó unos días de preocupación tras las fuertes redadas a las que se sometió a los habitantes de la Torre. No teníamos tabaco del bueno (había que fumarse aquellos horrosos Lucky Strikes o Chesterfield que costaban a 125 pesetas el paquete), el filósofo andaba acojonado de que le descubrieran sus otros libros prohibidos, y pasábamos un hambre terrible en nuestras largas partidas jugando rol (no, para los lectores mal pensados, los del jamón pata negra y los distintos tipos de bebidas alcohólicas no éramos nosotros...)

Algo tenía que hacerse, y por supuesto que como buenos aristócratas de la inteligencia le encontramos una solución más que buena.

1) Uno de los temas más delicados, era el de los libros. No sólo los altamente peligrosos volúmenes clasificación 5, sino que también teníamos todos los libros de los juegos de rol. La solución era más que evidente. El mejor lugar para esconder libros, es una….. biblioteca. La Torre tenia una habitación en el abandonado piso 7 que poca gente sabía de su asistencia. Un miembro de la Hermandad solicitó el encargo de asistente del bibliotecario, y así resolvimos dos problemas: a) Podiamos esconder los libros, y b) podíamos escondernos sin que posiblemente nadie nos encontrara a jugar nuestras largas partidas.

Probablemente más de uno esté pensando que éramos un poco lerdos, al insistir de jugar en la Torre, pero vayamos al tema práctico:

*¿Cómo 4 tíos que están medio fichados, salían de un lugar con más controles que el Banco De España sin darse a notar?

*Una partida podía durar entre 2 y 8 horas (que las llegamos a durar) y eran pocos lugares que nos podían acoger tanto tiempo

*Pamplona es un lugar pequeño, y 4 numerarios juntos daban el cante (ya sabeis, pantalones de tela, gafillas, camisa manga larga, jersey oscuro…)


2) Pero nada, volviendo al tema, resuelto el problema de los libros, venia el problema de la comida y del tabaco.

Fue ahí, que nuestro aspirante a médico, hombre práctico como el sólo descubrió los armarios roperos. Estos armarios , generalmente llenos de maletas, nadie les hacía el más mínimo caso durante el invierno, por eso se convertían el lugares perfectos. El truco consistía en buscar tu propia maleta, tomar un par de prendas de vestir que no usaras, y guardar el material que fuera hasta que se necesitara.

Las cosas se complicaban cuando se trataba de cosas más grandes, o artefactos que no se podían esconder. Aquí me refiero a ropa nuevas, ordenadores, zapatos, objetos de lujo y similares. Pero eso, lo dejare para otra ocasión.

Best Regards,

Robert Smith (Alancourt)



<<Anterior - Siguiente>> 









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=8072