Pregunta para los teólogos.- Bastian
Fecha Friday, 23 June 2006
Tema 900. Sin clasificar


La contribución de Marcus Tank en el desentrañamiento de la personalidad de Escribá y la dilucilación de sus visiones me han parecido extraordinarias. Igual que la colaboración de Doby en el análisis tan claro de lo que san Francisco de Sales enseña sobre las amistades particulares y la amistad, dentro de la vida religiosa y fuera de ella, en el mundo. Ojalá lean la web muchos encargados del apostolado de la Opinión Pública, porque me parece que si son  gente honrada intelectualmente acabarán engrosando la nómina de simpatizantes y puede que de colaboradores.
 
Ahora quisiera plantear una cuestión que cuando era numerario nunca llegué  siquiera a vislumbrar, pero que desde hace unos años, y por la trayectoria de un sacerdote numerario muy preparado que de ser profesor de teología "ha pasado" a capellán de un colegio tras varias depresiones y tratamientos en la Cuarta Planta como externo, me parece importante.
 
Me pregunto, siguiendo la onda de la nula aportación a la teología del siglo XX por parte del Opus Dei y especialmente de su avispado fundador, cómo casa la cacareada aristocracia de la inteligencia con la no menos difundida simpatía por la "fe del carbonero", esa especie de "lo dice la Iglesia y me callo, "lo dice el Padre y me lo creo" o "lo dice Blas, punto redondo".
 
Y aquí va la cosa, que puede que se salga de la órbita de la web, pero si algún experto puede decir algo se lo agradeceré (y los demás, imagino que también).
 
En el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica se dice:

205. ¿Qué sucede con la muerte a nuestro cuerpo y a nuestra alma?

Con la muerte, que es separación del alma y del cuerpo, éste cae en la corrupción, mientras el alma, que es inmortal, va al encuentro del juicio de Dios y espera volverse a unir al cuerpo, cuando éste resurja transformado en la segunda venida del Señor. Comprender cómo tendrá lugar la resurrección sobrepasa la posibilidad de nuestra imaginación y entendimiento.

Sin embargo, no son pocos los sacerdotes que de un tiempo a esta parte, cuando pronuncian la homilia fúnebre de un entierro o de un funeral, dicen algo así como: "...nuestro hermano, que ya ha resucitado", o más todavía, "nuestro hermano, que en cuerpo glorioso ya goza de la presencia de Dios".

¿Hay una corriente teológica dentro de la Iglesia Católica que, de alguna manera, interpreta o tiene una explicación para lo que el punto 205 del Compendio deja a la incapacidad de nuestra mente para entenderlo? Más todavía, ¿hay una corriente teológica dentro de la Iglesia Católica que "tiene" una teoría sobre la resurrección, y más en concreto sobre el "espíritu" que será otra cosa distinta del cuerpo y el alma como venimos hablando del hombre desde Platón? ¿Qué es ese "espíritu"?. ¿Alguién puede aclarármelo? ¿Ya "resucitamos" nada más morir? ¿Sería uno anatema por creer que Dios te resucita en cuerpo no sé qué ni cómo nada más morir? Entonces, si así fuera, ¿por qué dicen los curas en los funerales lo que he indicado? ¿Por hacer una frase bonita que consuele al auditorio? 

Gracias por adelantado.

Bastián.









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