Cuentan que hace unos dos mil años, le presentaron a un Maestro de la ley una pecadora publica, prostituta al parecer, sorprendida en flagrante adulterio, desnuda haciendo el coito con un hombre casado que no era su marido, por sin no queda claro. No llevaron al hombre si no a la mujer, os habéis preguntado ¿Por qué?..

            Según la ley vigente, había que  apedrearla, y  resulto que el Maestro aquel confirmó la ley, no fue en contra de la ley, sino que les dijo a aquellos hombres: "el que esté libre de pecado tire la primera piedra". Resulto que nadie se atrevió y el al ver que nadie la condenaba el tampoco se atrevió a condenarla y la animo a no volver a pecar.

Algunos, pocos.., se acercan a opuslibros para intentar que no se condene alguno de los que escribimos,  que no se preocupen, que si  no nos condenan y procuran, como dice la cita de Lumen Gentium que nos refirió Samuel;

“No se salva, en cambio, el que no permanece en el amor, aunque esté incorporado a la Iglesia, pero está en el seno de la Iglesia con el ‘cuerpo’, pero no con el ‘corazón”’ (LG 14)

permanecer en el amor y no tiran la primera piedra, igual el Maestro tampoco se atreve a condenarnos.

Morfeo139