Aclaraciones opusianas diversas.- Ramón
Fecha Wednesday, 21 June 2006
Tema 100. Aspectos sociológicos


Hola Orejas,
 
Sobre el santo marqués, Chispita ha escrito recientemente sobre los que un día se sintieron atraídos por el Opus Dei:
 
"Se les prometió un paraíso idílico de buen trato, de cariño de verdad, muy similar al que supo dar en los comienzos de su vida de sacerdote joven San Josemaría Escrivá,-y en otros momentos de su vida"
 
Me cuesta pensar tal disociación: de joven, simpático y cariñoso; de mayor, tiránico e intolerante. Demasiada duplicidad para una misma persona. Resulta bastante difícil de demostrar lo del cariño. La única fuente biográfica - no hagiográfica - del santo marqués en esta época, Fisac, nunca se explayó mucho en detalles de la vida diaria de los entonces seguidores. Pero sí dice que ya en aquellos tiempos era una persona tremendamente compleja, como todos los iluminados y carismáticos. Decía que con él nunca se podía tener un momento largo de celebración o felicidad completos, puesto que cuando le daba el punto, empezaba con lo de la falta de sentido sobrenatural, montaba el pollo y les chafaba la fiesta, léase la cena de Navidad, o lo que fuera. Así que lo del cariño igual no fuera tanto. Escrivá debía de ser en sus tiempos un gran manipulador de personas, tanto por su natural maño desenfadado (lo que le hacía outsider y canalla)  como por su mezcla perfectamente equilibrada de coacción, falsas promesas, sobreentendidos, arbitrariedad, visiones inesperadas, etc... Como todo carismático, un tipo polifacético y difícil de encuadrar.
 
Con respecto a lo que dice Sevillano, yo sólo he visto algunos fragmentos de documental sobre Escribá, y me parece un verdadero líder de masas, tanto por su persona como por la milimétrica puesta en escena. Si se hace una visión paralela con "El triunfo de la voluntad" de Riefenstahl, los paralelismos son evidentes. Otra cosa es su amaneramiento: yo creo que era frecuente en los curas de esa época el ser suaves y redichos. ¿Era afeminado o incluso gay? probablemente, no, pero desde luego debería ser una persona con grandes dificultades para conjugar y domeñar su yo íntimo, agresivo, voluptuoso y carnal (no hay más que ver el lujo del que gustaba rodearse, más bien imperial - bizantino) y su visión peyorativa del sexo y la mujer. Probablemente vengan de ahi sus explosiones.
 
En cuanto a uno de los lemas centrales del Opus, la santificación de la vida cotidiana y del trabajo diario, lo ponen siempre como una revelación de primer orden, jamás antes conocida, llegada de Dios, etc... Bueno, eso dicen ellos. En la época, había otros movimientos como Acción Católica que se basaban en supuestos similares. Me ha llamado la atención un libro de Teilhard de Chardin, escrito en 1926. Se llama "El medio divino", y lo publicó Alianza en los años 70. Trata problemas como "El problema cristiano de la santificación de la acción", "La santificación del esfuerzo humano", "La humanización del esfuerzo cristiano", etc... Evidentemente, se trata de un libro de filosofía un tanto profunda, hoy ya superada en parte, pero bastante alejada de la  moral de garrafón que contiene "Camino". ¿conoció Escribá la obra de Teilhard, quizás a través de su confesor jesuita? Nunca lo sabremos. ¿fue fruto de una "evolución paralela" para adaptarse al mismo debate espiritual? no lo sabremos. Pero queda claro: eso del casima específico y único.... En fin...
 
Otro lema "el que obedece nunca se equivoca". Vaya por Dios y que se lo digan a Adolf Eichmann que murió ahorcado en Jerusalén. Artífice eficiente de la matanza de judíos, él se encargaba de gestionar la solución final, fletando y organizando los envíos a los campos de concentración. Cuando fue juzgado, reclamó que sólo cumplía con su deber, con las órdenes que "venían de arriba". Él no mataba, mataba otra unidad de las SS. Como dijo un comentarista:
 
" Porque Eichmann nunca fue agredido o embrutecido, sino que era, como él mismo se describe, bastante sensible. Un ejemplo macabro de la total incomprensión de la definción original  prusiana del deber, la cual había puesto el sentido de la responsabilidad del receptor de las órdenes junto y por encima de la mera obediencia; y de la cual, bajo la Esvastica, sólo quedaba una mitad: Kadavergehorsam (obediencia ciega)... Porque Eichmann no era ni tan tonto ni tan primitivo como para no saber lo que estaba haciendo, con o sin crímenes.... No tuvo pegas, ni deseos de apelar contra esas órdenes. Y por eso tendrá que asumir su responsabilidad".
 
Así que cuando tengamos ganas de mandar o de obedecer a la primera, manipulando la vida o simplemente los sentimientos de las personas, mejor contar hasta 10 o hasta 30.
 
Abrazos, orejas
 
Ramón








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