Estimados Orejas:

Hace casi año y medio que no escribo pero como otras veces lo he dicho: sigo la página con atención.

Dudaba en agregar algo más a todo lo que se ha dicho en referencia a la apostasía de Carmen Charo pero ante ciertos envíos de grueso calibre donde le han faltado el respeto, me he decidido.

Tuve oportunidad de compartir correos con Carmen durante un tiempo, luego nuestras respectivas obligaciones personales distanciaron la correspondencia; pero estoy segura que no así los buenos sentimientos y lo que aprendimos una de otra comunicándonos virtualmente.

Yo solo quisiera decir que brindo desde mi lugar todo mi apoyo y afecto a Carmen, su marido y familia. No me caben dudas que son personas de bien, generosas de corazón y a quienes Dios seguramente tiene un lugar especial para darles. Un lugar que no es el infierno ni el llanto ni el rechinar de dientes como parece regocijarse Samuel en restregarle una y otra vez. Me pregunto donde irán los pedófilos, los narcotraficantes, los criminales, los corruptos... ¿cabría mandar al infierno a una persona que en vida fue buena y decente?

Yo creo en Dios y en su divina justicia; que está muy pero muy por encima de los "samueles" de turno, que se ufanan de estar salvados por el solo hecho de estar bautizados pero no dudan en hacer objeto de sus agresiones a quienes no tienen su misma mentalidad o su misma forma de concebir la fe. Son los típicos "sepulcros blanqueados", orgullosos de su "religión verdadera" pero verdaderas manzanas podridas en su forma de actuar. La cruz en el pecho y el diablo en los hechos, decía mi abuela.

Piden respeto y diálogo pero no respetan ni dialogan; solo acusan, juzgan y cuando no les queda más remedio se mofan o tratan a los demás de mentirosos o falaces.

Carmen Charo con su integridad como persona, con su gran corazón y sobre todo: con una gran sinceridad tiene bien ganado un lugar entre los hijos del Señor.

Querida Carmen, no permitas que te coman el coco los falsos redentores. Vos necesitás cariño y comprensión, no anatemas.

Te mando muchos cariños y sigue escribiendo tus interesantes aportes como siempre.

A los Orejas, un abrazo inmenso

Maria (M. de A.)