Leo habitualmente la Webb. He sido miembro del Opus Dei durante muchos años. Estoy alegre de haber dejado de serlo, si bien la incorporación y la dispensa son dos hitos difíciles de obviar. No tengo la más mínima intención ni de participar en lo montajes de la institución, ni de reincorporarme a la misma: segundas partes –y no solo en el cine- nunca fueron buenas. Abusando de la amabilidad y la hospitalidad en la red y de la coordinadora de la WEBB, intentaré frecuentarla con mis escritos.

En esta primera intervención quiero hacer una consideración:  muchos de los escribientes denotan haber tenido una profunda implicación en la institución (años de cargos internos). Si tan convencidos estaban del mal comportamiento como pueden justificar los muchos años suyos en la institución, y, ¿por qué ni tan solamente una vez piden perdón en sus escritos ,a los que como ellos consideran “perjudicados”.

Yo por mi parte aprovecho la ocasión: para pedírselo a los exmiembros y a los que aún lo son, a los que frecuentaron la labor sin serlo, y a la propia institución. Porque pedir perdón dignifica y desde luego es un buen punto de partida si se quiere criticar. Yo he cometido muchos errores y me apesadumbra haber podido escandalizar o perjudicar a alguien.

¿Puedo criticar a la Obra? Por supuesto. Y a sus miembros ... ¡y exmiembros! Por que no decirlo. Pero creo que, parafraseando a Machado, es más útil vivir en paz con todo el mundo y en guerra con las propias entrañas.

Un saludo,