Dios no te ha dejado. A Asher.- José Carlos
Fecha Thursday, 05 February 2004
Tema 040. Después de marcharse


Dios no te ha dejado

Querida Asher:

Tu mensaje del 28-I me tocó la fibra que más me duele en todo este asunto: que haya personas que han dejado el Opus Dei a quienes se les hace cuesta arriba mantener esa relación filial con Dios, a quien un día se entregaron, y por quien han sacrificado tanto. Me da una pena tremenda que algunos ex-miembros sufran así en su vida espiritual, que puedan perder el fervor y hasta la fe.

Era un soleado día de mayo, en la preciosa ciudad costera donde me crié. Estaba terminando COU, ilusionadísimo con mi inminente marcha a América, emocionado con la perspectiva de venirme a estudiar fuera y de traer a estas tierras el mensaje del Evangelio. Mi padre -que es un ser humano excepcional- me había invitado a tomar una copa; y en la terraza de ese bar céntrico cara al mar, mirándome fijamente a los ojos, con la sabiduría de su experiencia y confrontando mi evidente entusiasmo, me espetó: "José Carlos, quiero que tengas claras dos cosas, por si algún día te hacen falta: la primera es que el camino de la Iglesia es muy ancho, y hay muchos senderos para llegar a Dios, incluso fuera del Opus Dei; y la segunda es que siempre, siempre, pase lo que pase, tendrás acogida en nuestra familia". Se lo agradecí, mientras en mi juvenil ingenuidad pensaba que era una advertencia innecesaria; al cabo de los años, no tienes idea de lo que me han ayudado sus palabras.

De lo que sigue, estoy plenamente convencido:

Dios te comprende. Dices que a veces te haces un lío, que entiendes algo intelectualmente pero luego se te complica. Quizá no puedas sacar sentido a todo lo que has sufrido, lo que has pasado, las decisiones que hayas tenido que tomar. Yo creo sinceramente que todo eso, todo lo que has vivido y llevas dentro y te pesa en tu corazón, tu padre Dios lo entiende perfectamente, mejor que tú y que nosotros: y conociéndote en toda tu intimidad, sabiéndolo todo sobre ti, te sonríe.

Dios te quiere. Por lo que cuentas, te ha bendecido con innumerables dones. Si te paras a pensar, puede que descubras que siempre ha estado contigo, apoyándote, sosteniéndote, animándote, más que ninguna otra persona. Leo en la Escritura que para Él eres de lo más especial: te tiene un cariño entrañable. "Aunque una madre se olvide del hijo de sus entrañas..." pues eso. Te quiere, y te espera.

Dios te quiere feliz. Sí, ahora también. No es verdad que estés condenada a una vida de tristeza. Es de básica teología que te creó para la felicidad y te dio estos años de vida: será para que los disfrutes, porque un corazón feliz ama, y un corazón que ama es feliz. Yo te deseo que te dés cuenta de lo que Él te ofrece, de los misteriosos caminos por los que nos trae, todos para nuestro bien: que te rías a carcajadas, que cantes con alegría exultante, que puedas volver a brincar de gozo, en cada uno de esos momentos del transitar humano donde el corazón puede rebosar de dicha; momentos que existen a pesar del pasado, y a veces precisamente a consecuencia de él.

Y te quiere santa. Que sólo significa amiga de Él, cercana a Él, íntima. No es cierto que sólo nos dé una oportunidad, como a los ángeles: ¡qué suerte tenemos de ser humanos! Cristo pasa, pero no pasa de largo: lo saben bien Pedro, y Tomás, y Agustín... vuelve, con infinita paciencia, cuantas veces haga falta. Esa inquietud que tú tienes debe de ser Él. Y no es el Opus Dei la única forma de alcanzarlo; la llamada, el listón, el reto, ahí siguen incluso después de haber salido. ¿Por qué los iba a retirar de tu vida? No me cabe en la cabeza un Dios que nos abandone a una espiritualidad de segunda clase. Las oportunidades de servirle, a Él y a sus criaturas, son constantes y variopintas; y sus deseos de que lo compartas todo con Él se mantienen intactos. Por lo que nos dices, quizá ahora todavía se te presenten más apremiantes, y puedas hacerlos más tuyos, incluso más libres.

Sin conocerte personalmente, puede que no acierte con consejos prácticos, y
mucho depende del estado y personalidad de cada uno-a. Pero se me ocurren
algunas generalidades que quizá puedan aplicarse a personas que han salido de la Obra:

1. Busca otras formas de espiritualidad. Si todo lo que tenga que ver con el Opus Dei te trae malos recuerdos y dificulta tu relación con Dios, lee otros autores (Teresa de Lisieux, decía ayer Flavia; San Francisco de Sales - qué cita tan bonita nos puso Boira; "El amor supremo" de Eugene Boylan, "La amistad de Cristo" de Robert Benson, los Padres de la Iglesia, los Salmos...). Intenta que tu piedad salga de los confines en que estuvo metida en esa fase de tu vida.

2. Date cuenta de que hay prácticas de piedad que preceden y trascienden al Opus Dei. El trato con Dios, pasar un rato charlando con Él, leyendo sobre Él, meditando, porque quieres conocerle mejor y no por llenar una cuadrícula, hace un gran bien al alma. Busca las formas de hacerlo que a ti te den paz: puede ser en alguna capilla donde esté expuesto el Santísimo, o en una ermita, o en la playa, o en el monte, en la soledad del campo o de un jardín al atardecer...

3. Algunos han comentado cómo les repele todo lo que huela a asociacionismo religioso. Aún así, a lo mejor puedes encontrar algún grupo que te ayude a dar tu tiempo y tu energía a los que te necesitan, en alguna tarea de voluntariado: ahí también encontrarás a Dios, y sentirás la alegría de servir por servir, sin posibilidad de que te asalten otras intenciones y condicionamientos.

4. Y, sobre todo, libertad, mucha libertad. No te asfixies ni te agobies, que la angustia no es de Dios: lo son tu paz y tu contento, le interesa tu intención y tu espontaneidad: unos días harás unas cosas y otros otras, pero sin que por rigideces o escrúpulos mandes todo a paseo.

Querida Asher: ánimo, que es fascinante el camino. En esta web en la que buscas solaz hay personas que han desarrollado, a través de sus experiencias y sufrimientos, ideas muy profundas y atractivas sobre Dios. Me imagino que en continuo contacto con ellas (Flavia, Aquilina, Claudia, Satur...) te sentirás arropada y enriquecida.

Un abrazo muy sentido,

José Carlos

P.D. A José Antonio: gracias por tu escrito, mucho más informativo que el anterior :), lo estoy estudiando y ya te contestaré cuando tenga más tiempo.



(Amigo, a este oreja le ha llamado la atención poderosamente tu frase: "...ilusionadísimo con mi inminente marcha a América, emocionado con la perspectiva de venirme a estudiar fuera y de traer a estas tierras el mensaje del Evangelio". Amigo, tú ibas a llevar sólo el "espíritu" del Opus -que no es precisamente muy evangélico- porque, en esas tierras ya conocían el Evangelio. No imagino yo a nadie del Opus tipo Robert de Niro en la película "La Misión".)



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