Navarra. Respuesta a Ana Azanza (22-05-2006).- Atarax
Fecha Wednesday, 24 May 2006
Tema 900. Sin clasificar


Estimada Ana:

He leído tu escrito de 22 de mayo en el que escribes sobre la Universidad del Opus en Navarra (U.N.) y como me parece que tu opinión recarga un poco las tintas negras sobre la influencia del Opus en Pamplona, me gustaría opinar sobre este tema, para llevarte la contraria un poquillo.

No tengo nada que oponer a la calificación que haces de la enseñanza que se imparte en la U.N. Hace muchos años que perdí el contacto con la misma, por lo que no me atrevo a calificar su enseñanza como buena, mala o regular; de cara o de barata. Tampoco puedo apreciar si su Filosofía está rancia o puesta al día. En cualquier caso, Stephen Hawkings opina que todos los filósofos están desfasados, pero yo no soy D. Stephen, obviamente.

Con respecto a Pamplona y la influencia del Opus en la sociedad navarra, se ha producido un reflujo con el paso del tiempo. Desde los años ochenta del siglo pasado, y debido fundamentalmente a los Gobiernos Forales socialistas, la capacidad de intervención del Opus en las instituciones cayó en picado. La creación de la Universidad Pública de Navarra (U.P.N.A.) fué un rejón de muerte para la influencia social del Opus. Los objetivos en la creación de esta U.P.N.A. fueron dos: a) crear una élite universitaria que no hubiese estudiado en una universidad confesional; y b) colocarse todos los fundadores como profesores universitarios de nómina y plantilla. Ambos objetivos se cumplieron con creces.

Sí, la maniobra funcionó. Y sin conocer datos concretos me atrevo a decir que salen más licenciados navarros de la U.P.N.A. que de la U.N. Lo puedo estimar en el desempeño de mi trabajo profesional. Aunque puede ser que salgan más licenciados totales de la U.N. si contamos a los estudiantes de fuera que se vuelven a su tierra después de licenciarse.

En cuanto a los gobernantes de las últimas legislaturas, no recuerdo, así a bote pronto, ningún Consejero que fuera numerario o supernumerario. Los tiempos de los Gómaras, Vigurias y compañía han fenecido.

El/los colegio/s de Fomento, El Redín/Miravalles, que así se llama/n para poder recibir subvenciones del Gobierno de Navarra, (quien sólo las entrega a los colegios mixtos), tampoco está/n como para tirar cohetes. No tienen lista de espera y casi exclusivamente acceden los hijos de los supernumerarios. Sin las subvenciones públicas estarían abocados al cierre.

Hay una frase en la que tengo que darte toda la razón: "muchas familias se han visto afectadas por la captación de alguno de sus miembros y el posterior abandono con los traumas que eso conlleva". Muy cierto.Y en algunos casos patético. Conozco una familia en la que todos los hijos se fueron numerarios y todos acabaron dejándolo. Esta situación produjo a los padres, supernumerarios, una grave depresión.

Este proceso ha provocado la inmunización de las familias de situación económica y social vulnerable a la acción proselitista del Opus. Mandar a un hijo a un club de bachilleres ya no es una decisión que se toma a la ligera, para tener al hijo recogido a la salida del colegio, sino una opción ideológica.

Pero es que además es cierto lo que dices de que "en Navarra hay dinero". Yo añadiría además que está muy repartido. La bonanza económica de las últimas décadas ha supuesto el acceso a la clase media de importantes contingentes de personas de procedencias geográficas e ideológicas muy distintas de las familias que daban el tono social en los años sesenta y setenta del siglo pasado. Son gente que no es religiosa o provenientes del socialismo, y que son por lo tanto impermeables al Opus.

El fenómeno social más reciente ha sido la gran inmigración que hemos tenido en los últimos cinco años, sobre todo de iberoamericamos, pero también de eslavos y magrebíes. El Arzobispado ha prestado una iglesia en desuso a los ortodoxos rusos y hay algunas mezquitas.

No debemos olvidar tampoco que todos, tú y yo también, hablamos de la feria según nos va en ella. Te sorprenderá conocer la opinión de D. Ismael Sanchez Bella. En una reunión familiar, hace unos veinte años, y en "petit comité", D. Ismael opinó que su gran decepción fué que Pamplona no se había abierto a Opus. ¡Y le habían regalado una Universidad!

Vi recientemente a D. Ismael. Yo iba en coche y él caminaba por la acera. Fué un cruce fugaz, pero la impresión fué chocante. Su parálisis facial parecía acentuada, lo que le daba una expresión como de facciones colgantes. Tenía un bastón, que llevaba colgado del antebrazo, como esos ancianos vanidosos que no se quieren convencer de lo inevitable. Y estaba solo...

Haciendo lo que mejor sabemos hacer, elevar la anécdota a categoría, yo diría que la imagen de D. Ismael, renqueando a solas por la calle, es la que mejor define al Opus de Pamplona en estos tiempos.

Un cordial saludo.

Atarax (ex-Chamogüiny)









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