Miembros y ex miembros, todos son culpables.- Trucha
Fecha Wednesday, 24 May 2006
Tema 070. Costumbres y Praxis


Estimados fundadores y colaboradores de esta valiosísima página: me dirijo a ustedes con el propósito de mostrarles mi mas sincera gratitud por la fructífera a la par que curativa labor que con animo conciliador ejercen; Y que a tantos ha librado de las destructoras fauces de esta organización, mostrando sin ambages el verdadero leit-motiv de esta tan favorecida institución eclesial, que subyace bajo los extravagantes y peculiares sucesos y comportamientos de los miembros de la citada organización pero que por su carácter inicuo difícilmente sería descubierto por cualquiera con un mínimo de  salud mental, y que en definitiva no es otro que: el proselitismo feroz, que se sirve de la mentira, la amenaza y el abuso de la confianza, combinado con una circense puesta en escena, en aras de nutrir las filas de miembros numerarios.
          
Si bien, y aun sabiendo que con el segundo objetivo de este envío, me convierto en blanco fácil no sólo para los miembros y simpatizantes, cuyo fanatismo sólo es comparable a su maldad, sino también para los ex-miembros asiduos a esta página.
 
Así, debo decir, la profunda INDIGNACIÓN que me ocasiona la casi INEXISTENCIA o al menos en un grado de importancia que lo convierta en le verdadero hilo conductor de los escritos aquí presentes, de una PETICIÓN de PERDÓN HACIA TODOS AQUELLOS JOVENES CUYAS VIDAS DESTROZARON PARA SIEMPRE...


Tras seguir con sumo interés durante dos años esta pagina, la cual busqué con toda la intencionalidad, durante mi ultimo periodo de asistencia, que no de pertenencia, a un centro de la Obra, con vistas a clarificar los extraños sucesos que se daban; Desde el principio advertí que todos aquellos pesares, malestares y justas críticas que los ex -miembros muestran en sus relatos son fruto sólo y únicamente porque la Obra no les funcionó, por los daños que ellos sufrieron ya sea por : la estricta disciplina, la anulación del miembro frente a la estructura jerárquica, la soledad, el disgusto por las labores en centros de mayores a  los que fueron destinados, el trabajo agotador, el insoportable carácter de los directores, la tensión de una vida reglada hasta el extremo, la falta de afecto …
 
Es decir, motivos personales que no dicen nada de la Obra, ya que son comportamientos y maltratos que no son ajenos a movimientos eclesiales, parroquias, colegios, empresas, familias, partidos políticos y demás grupos organizados. Pero en ningún momento nadie se marcho ante la indecente y lunática misión exclusiva del Opus Dei, de hacer creer a un joven que tenia vocación de numerario mediante mentiras, chantajes emocionales, compartiendo informaciones supuestamente confidenciales con los sacerdotes que luego ambos (numerarios y sacerdotes utilizarían para futuras presiones ejercidas por todo el centro o como sorprendentes y maravillosos “soplos del Espíritu Santo” en las meditaciones.
 
Ya es indicativo que al celo apostólico, a la orientación vocacional, le denominen proselitismo dándole un tono positivo a un término que de por sí entraña en su significado la iniquidad y que el medio estipulado sea la coacción (la cual no deja de ser mezquina por mucho que se la adjetive de santa)
      
Nadie dejo la Obra ante la indignación de mentir a un joven, aprovecharse de su confianza y vulnerabilidad, robarles sus años de inocencia y destrozarles la existencia alejándoles de la vida que les hubiera hecho ser felices, o de la vocación que Dios verdaderamente les hubiese destinado.
      
Nadie considero jugar con el destino de un niño, marcar su vida ( la única de la que dispone) como un acto no solo contrario a los valores evangélicos, sino en contra de la ley civil y de cualquier mentalidad sana; Sino que  les hicieron probar a decenas de niños la medicina que otros antes les  aplicaron, y de la que ahora si se quejan : de la mentira, de los métodos, de sus sufrimientos … pero no de los mismos perjuicios que más tarde y de manera  VOLUNTARIA Y CONSCIENTE causarían en otros.
      
Nadie denunció lo ofensivo de tratar la intimidad de los confiados jóvenes como una simple mercancía, enviando periódicos informes y convirtiendo su vida espiritual en “vox populi”.
      
Nadie se horrorizó ante la locura de presentar listas en el día de San José con los nombres de personas útiles y/o  con suficiente vida espiritual como para hacer descargar sobre ellos la excéntrica maquinaria de captación en la que todos y sin excepción participaron; Y cuyo funcionamiento no permitía errores teniendo en cuenta la más o menos exigencia formal de dos “pitajes” aun les cayera quien cayera (¿Es que acaso en los seminarios se utilizan los medios mas rastreros para conseguir cotas mínimas de ordenación ante la sequía vocacional?) Ni que en función de su posición social, apariencia, virtudes e inteligencia ( sin tener en cuenta si las personas  a las que se referían tenían o no vocación, la madurez suficiente para discernirlo o simplemente el conocimiento mínimo de la espiritualidad que vivirían como miembros como para identificarse con ésta: uso de cilicios y disciplinas, saludos especiales entre miembros etc.) en los Consejos Locales se hablara de los apetecibles miembros como de objetivos comerciales:
          
NADIE SE MARCHO ANTE EL MALÉVOLO Y FICTICIO MONTAJE ESCÉNICO CON VISTAS A LA  CAPTACIÓN EN EL QUE TODOS COLABORARON, PERO SÍ CUANDO LA OBRA LES DECEPCIONÓ, DAÑÓ O ABURRIÓ.
 
Sí, todos han hablado de su participación en las actividades proselitistas pero ni siquiera esbozaron una petición de perdón a todos los jóvenes a  los que dañaron. Se centran egoístamente, en su dolor, sin tener en cuenta el rastro de cadáveres que fueron dejando y que es prueba irrefutable de su responsabilidad en dichas taimadas estrategias de captación. A excepción de una dispensa del prelado nada les diferencia de los miembros en activo : las mismas malignas actividades, la misma culpabilidad. Tienen las manos manchadas y deben a esos jóvenes la paz de espíritu, la ilusión, la fe en la humanidad, la salud … la felicidad. Tienen una deuda con todos esos niños cuyas vidas marcaron y difícilmente se saldara con mezquinas auto-justificaciones por mas que las barnicen con argumentos de carácter pseudo-intelectual.
 
Tan ridículas como las sibilinas estrategias proselitistas que practicaron son las justificaciones que se infieren de sus escritos, en los que nunca aparecen más que motivos personales: la enfermedad, el duro trato de otros miembros, el vacío …
            
Así que , sólo la honestidad para con ustedes mismos y el anhelo de verdad podrán resarcir a aquellos a los que perjudicaron, dejando de causar dolor cada vez que la estulticia, la falta de altura humana o la mezquindad les hace exponer miserables justificaciones a su actuación sectaria:
 
1- Unos argumentarán la obediencia debida a la organización que se planteaba como “conditio sine qua non” de su entrega a la hora de aceptar el mandato del proselitismo.
            
Pero vender sus almas al diablo no les exime en ningún caso de su correspondiente responsabilidad, ya que sus acciones fueron actos libres acerca de los que tenían pleno conocimiento; Puesto que en el caso de aducir posibles contaminaciones en su conocimiento de la doctrina de la institución debido a las personales  interpretaciones del resto de los demás miembros en este aspecto, es fácil responder a aquellos que se escudan con esto, que la interpretación nunca se convierte en doctrina en formal y escrita, y  que además cualquier persona con un mínimo de formación( leer y escribir parece ser suficiente ) no basa su conocimiento en la mera confianza en la creencia ajena sino que se dirige a las fuentes mismas de la información; Información que para mas INRI en este caso iba a convertirse en la piedra angular de su propia existencia. Pero si el libre discurso es la base de la doctrina oficial, entonces ¿Por qué sabiendo de la existencia de documentos de fácil acceso que mostraban la intrínseca obligación de su estado de realizar proselitismo no renunciaron?
 
Tampoco les justifica su pusilanimidad al acatar ordenes con una mansedumbre que luego no aplicaron a aquellos sobre los que descargaron su batería proselitista.
 
2- Otros dirán que el propósito de la Obra ( el proselitismo selectivo) nunca se les mostró de forma tan clara como para poder rechazarlo, o que venia presentado bajo un halo sobrenatural que a nadie hubiera hecho pensar en las verdaderas intenciones de la institución.
            
Pero sabiendo que incluso antes de la pertenencia a la Prelatura, los jóvenes y cualquier otro, no sólo tienen libre acceso a “Camino”, sino que además se les incita encarecidamente su lectura, ya disponen de una importantísima oportunidad para percibir muchas de las incoherencias, con el supuesto carácter sobrenatural que debe inspirar esas lecturas. Esto es, todo un capitulo en “Camino” titulado ‘proselitismo’, otro en “Surco” llamado ‘pescadores de hombres’ así como innumerables puntos que muestran de manera totalmente transparente el interés en la captación que la organización tiene.
            
Entonces, qué decir de los miembros que aun teniendo acceso restringido a determinados documentos, al estar excluidos de los Consejos Locales o desconociendo determinados recursos al servicio del proselitismo como el envío de informes a otras instancias de gobierno del Opus Dei, tuvieron numerosísimas oportunidades de percibir el interés por el proselitismo: las meditaciones de el Padre, tertulias, Crónicas, Vademécum, canciones alusivas a la “pesca”…
              
Sin olvidar el ejercicio de la preceptuación, del que ninguno fue excluido y en los que los destinatarios de dicha labor eran sólo los potenciales miembros, y cuyo objetivo era convencer al joven de la vocación de numerario que “ Dios le había destinado” sin importar si existían indicios de vocación alguna.
 
De hecho ya es ilustrativo que los aspectos para seguir a Dios en la Obra sean aspectos tan superficiales y poco sobrenaturales como : la posición, la apariencia, la inteligencia y las virtudes humanas; Aspectos de carácter simplemente humano y que por tanto se dan en personas sin vocación alguna al Opus Dei e incluso sin fe ; Mostrando así que aun siendo las virtudes humanas la habitual base de las sobrenaturales, los criterios determinantes de la vocación no provenían de Dios, sino de las fútiles y mundanas aspiraciones de una institución que discrimina a las personas  en función del sexo y la posición social por encima de su calidad espiritual, que potencia el “caudillismo” y la “aristocracia de la inteligencia” frente a la humildad y el silencioso trabajo por amor a Dios.
 
En fin una institución que alienta el cinismo mas esquizoide que permite la convivencia sin ningún reparo moral y con total naturalidad de una doctrina oficial no exenta de heterodoxias en lo referido al espíritu cristiano, tal como se ha explicado anteriormente, con unas practicas absolutamente anticristianas, pero cuyo nexo con la doctrina oficial propugnada  a través de las obras del fundador, las meditaciones etc. es irrefutable.
 
Asimismo, carecía de importancias en el caso de existir indicios de vocación, si éstos eran prueba indiscutible de una vocación a al Obra y no a otro movimiento o congregación; Y llegados a este punto, por supuesto que no gozó de interés el hecho de coartar la libertad de aquellos jóvenes de poder optar por el camino que desearan o que en conciencia Dios les hubiera dispuesto, haciendo caso omiso de sus rectas y bien fundadas razones para dudar o negar esa aparente vocación.
 
TODOS REALIZARON ESA LABOR DE CONSEJO ESPIRITUAL CUYO PRINCIPAL Y CASI EXCLUSIVO OBJETO ERA PREPARAR AL JOVEN PARA LA VOCACIÓN QUE SE LE AVECINARÍA.
 
3- También habrá alguno ,que en su delirio de la falta de conciencia y autoexigencia, responda, ante la inculpación de proselitismo, que nunca se dieron cuenta que dichas actividades eran moralmente reprobables: Pero aducir la falta de capacidad para distinguir el bien del mal, supone reconocer explícitamente su incapacidad para gobernarse por si mismos y por tanto para participar libremente en la vida civil; Esto es, recurren patéticamente a la supuesta inocencia que la falta de luces parece otorgar para no sentir remordimiento alguno.
 
¿Y QUÉ DECIR DEL TRATO A LA MUJER? Incluso admitiendo el más que probable desconocimiento por parte de la mayoría de los miembros  de los particulares atropellos que la mujer en la Obra sufre con respecto a la sección masculina: el no tener derecho a voz (salvo algunas 'privilegiadas') y voto en la elección del prelado, la obligación a dormir en tabla, el control de las directoras del tiempo que se permite pasar en la cama, la prohibición de fumar … sin olvidar la rotundidad del inicial rechazo del fundador a recibir mujeres ( que más tarde sí se incorporarían para realizar las tareas domésticas que los primeros miembros por su condición masculina no podían atender), la escrupulosidad enfermiza que caracteriza el trato de las mujeres con el sacerdote( infundiendo el sentimiento de contínua incomodidad y cierta culpabilidad por el hecho de ser mujeres) etc.
 
NO SE PUEDE OBVIAR EL HUMILLANTE TRATO QUE LOS MIEMBROS VARONES INFLINGEN  A AQUELLAS HERMANAS QUE LES SIRVEN SIMPLEMENTE POR RAZÓN DE SEXO.
 
Mostrado en situaciones como : servir sin poder recibir palabra alguna por parte de los niñatos acomplejados que juegan a parecer señores, ser confinadas a la sacristía de querer participar en la Misa, la violencia con la que se separa a los numerarios las numerarias auxiliares que les sirven como si de la peste se tratase … Lo cual no es mas que una flagrante muestra de la MISOGINIA Y COMPLEJO SOCIAL que caracteriza a la Obra, que destina por razón de sexo a las mujeres al servicio de los hombres; Pudiéndose dar la paradoja de mujeres que proviniendo de vidas en las que el servicio es un recurso habitual, tenían que realizar dichas labores para hombres que  con total seguridad no habían visto una criada en su vida y que ahora se daban estas ínfulas de grandeza para olvidar su digno pero, para esta retrograda organización, tan acomplejante ,origen de clase media que pretende emular los modos de existencia de otras clases a través de una vida nada acorde con la pobreza evangélica.
                
NADIE CRITICÓ NI SANCIONÓ EL ATROPELLO A LA  MUJER, A LA VEZ QUE ESTO NUNCA FUE MOTIVO PARA DUDAR DE LA INCOLUMILIDAD DE LA OBRA Y EN CONSECUENCIA ABANDONARLA.
 
Sino que , tal como hicieron con el asunto del proselitismo, todos los integrantes de la sección masculina, no sólo no denunciaron dicha situación sino que placenteramente la disfrutaron sin reparar en la falta de igualdad que existe en el Opus Dei.
 
Así, que si tuvieran la decencia, la capacidad de contrición verdadera y el ánimo de repara el daño que causaron deberían cambiar el rumbo de sus actividades y opiniones: ¿es qué alguien cree que aquellos a quienes destrozaron les perdonarán (eso en le caso de tener suficiente sensibilidad como para percatarse que la humillación a la mujer y la captación de niños son actos deleznables) por el simple hecho de escribir relatos acerca de su pertenencia a la Obra, de mostrar, ahora sí, espíritu crítico con respecto a la actuación de la tan mencionada organización? … ¡NO! Y ¡MIL VECES NO!
 
Para reparar el dolor que causaron deberán recorrer el camino inverso al que ya anduvieron :  el mismo tiempo y esfuerzo que dedicaron a sus maldades deberán utilizarlo para denunciar y mostrar las maquiavélicas actuaciones en las que ustedes incurrieron durante su pertenencia a la Obra y que ésta sigue poniendo en práctica.
 
No bastará con una corta carta de queja dirigida a las altas instancias de la Iglesia, por los atropellos sufridos  y en la que nunca se menciona que ustedes también llegarían a participara  en éstos activamente posteriormente: ¡no! Serán necesarios mil y un informes detallados y serios que deberán ser enviados hasta el hastío.
 
No bastará la queja anónima, ni la lectura agradable de la vida en la Obra por parte del gracioso de turno, sino el mismo ímpetu y arrogancia con los que actuaron en dicha institución:¡no! ¡no bastará! Su dedicación a mostrar la verdadera faz del Opus Dei deberá ser proporcional al tiempo que  invirtieron  cumpliendo las sandias y malignas actividades de la organización.
 
Y sólo así, tal vez, todos aquellos cuyas vidas destrozaron ora por la consecución de una nueva incorporación a la Obra y en consecuencia y en la mayoría de casos, un malvado más en esta tierra ora por la persecución, chantaje, y abusos varios ejercidos sobre los apetecibles futuros miembros, podrán perdonarles.
 
Trucha






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