Dice Otaluto: “Tengo fuertes indicios (nunca pruebas contundentes) de que con ciertas personas la obra establece un pacto más o menos explícito de apoyo. Se trata de gente que ha alcanzado un cierto nivel en el gobierno de la obra, una "lista" de hombres de confianza que se convierten en fieles ejecutores de las politicas corporativas. A cambio, la institucion retribuye cuidando especialmente de estos individuos, garantizandoles una especie de "carrera interna" o empleo vitalicio, cubriendo sus errores y buscando salidas honrosas si sufren un traspie.”

Confirmado con hechos conocidos. Tambien existe el caso inverso: un pacto con algunos numerarios lo suficientemente listillos y pudientes como para exigir condiciones especiales: tener dinero propio en cuenta propia, encargos apostolicos que no estropean su trayectoria profesional, decidir uno mismo donde va a vivir/trabajar, etc. Es decir, relativa autonomia de movimiento a cambio de donativos importantes.

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