¿Por qué el catolicismo baja y el Código sube?. ¿Cómo la Iglesia y la Obra responden.
Mis referencias sobre el contenido del libro son las publicadas por la prensa, pues ni he leido el libro ni veré la película.
¿Por qué la ficción de Dan Brown es, por lo menos, plausible, para la mayoría de la gente?. frente a la imagen que dan de ellas?.
A las dos primeras preguntas me parece que, en cierta manera, la historia del Código es como una venganza a la falsificación histórica que la institucionalización de la Iglesia ha hecho de la realidad de Jesus y del evangelio.
Empezemos por María Magdalena, que, en gran parte simboliza también el papel de las mujeres en relación con Jesús y su causa, la del Reino de Dios y su Justicia...
De la lectura del evangelio se deprende que Jesus tenía una "organización desorganizada"; una "organización" que se dividía en discípulos liberados de todo compromiso y los que permanecían en sus casas. En efecto, los discípulos eran aquellos que eran llamados directamente por Jesus, dejaban sus casas, familia y ocupación y le seguían por todas las ciudades y pueblos de Palestina. Era una vida itinerante.
Lucas 8, 1-3 explica que "Jesus iba por cada villa y pueblo predicando la buena nueva del Reino de Dios. Le acompañaban los doce y algunas mujeres que habían estado curadas de espíritus malignos y de enfermedades: Maria, llamada Magdalena, a quien había expulsado siete demonios, Juana, la mujer de Cusas, el administrador de Herodes, Susana y muchas otras, que les proveían con sus bienes".
Los díscipulos, pues, eran aquellos que, bien por llamada directa o bien porque se sentían llamados (generalmente los beneficiarios de las sanaciones) eran acompañantes aceptados por Jesús. Jesús era un Maestro que eligía a sus discípulos, no al revés como normalmente se hacía o se hace.
La "troupe" itinerante debió escandalizar a los bienpensantes, no porque hombres casados, como Pedro, abandonaran sus casas y oficios, sino porque no era normal que mujeres casadas siguieran a alguien en grupo sin control de sus maridos como expresa el pasaje de Lucas.
El ejemplo del otro grupo, los que no seguían literalmente a Jesus, es decir, los sedentarios, lo simboliza las hermanas Marta y María, Lázaro y otros.
Los discipulos, y especificamente María Magdalena y otras mujeres entraron en Jerusalen con Jesus. Y se encontraron entre los primeros testigos de la Resurreción.
En la primitiva comunidad tuvieron el mismo papel paritario que los hombres. Así san Pablo las llama "colegas". En el saludo final de la carta a los romanos de las 29 personalidades descollantes aludidas, 10 son mujeres.
En primer lugar, aparece Febe, que tenía una misión oficial de la iglesia de Cencreas y se la llama "diakonos", es decir lider de una comunidad doméstica. Pablo menciona a Junia, que junto con Andrónico los denomina "apostoles insignes", que es el máximo título y honor en Pablo, que también se autodenominaba "apostol" junto a los doce (y "no menor que ellos").
También el nuevo testamento acredita que había gran cantidad de profetisas. San Pablo afirma (Efesos 2, 20) que la comunidad cristiana (la Iglesia) "esta edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas que tiene al mismo Jesucristo por piedra angular".
Curiosamente, desde el principio, y tambien con San Pablo, ese caracter "paritario" entre hombres y mujeres, en que el sexo (como la condición social, económica o cultural) no condicionaba el seguimiento de Jesucristo se vuelve contra las mujeres.
Así cuando surgen los primeros conflictos en torno a la predicación pública por mujeres, san Pablo defiende que pueden hablar pero... impone el "velo" (1 Cor. 11, 4 i sigs.) y la subordinación al hombre.
Y al final, ya en los mismos inicios del cristianismo, se acabó en que "la mujer, que escuche la enseñanza, quieta y con docilidad. A la mujer no le consiento enseñar ni imponerse a su marido" (1 Tim. 2,11 y sigs).
La falsificación institucional del mensaje y realidad vivida por Jesus con las mujeres, que simbolizo en María Magdalena, es obvia. No es de extrañar que sobre esa manipulación histórica, como tantas otras, los detractores la inviertan y paguen con la misma moneda: así pasan de una (hipotética) "prostituta" convertida por Jesus a "amante" de Jesus.
La Obra con sus manipulaciones institucionales tampoco es de extrañar que ocupe un lugar en la trama de Dan Brown.
Todo lo anterior da una cierta plausibilidad a la ficción: si estos "religiosos clericales" son capaces de manipular con cosas tan serias, se les puede atribuir cualquier manipulación.
Lamentablemente cuando una ficción es plausible (no chirría a gente no metida en el meollo) es porque tiene algun anclaje en la realidad.
¿Cómo responde la Iglesia y la Obra a la imagen que dan de ellas en el Código?.
De lo que he leido en los diarios puede deducirse que en ninguno de los dos casos tienen en general, y para este caso, ninguna estrategia comunicativa global.
La Obra ha tenido la respuesta propia de "gabinete de crisis", es decir, una reacción puntual al hecho.
Convencidos que no es posible hacer comunicación de su institución, fuera de la red escolar, bien porque "no nos entenderían", bien porque "explicar qué somos sería peor" o ambas cosas, la estrategia comunicativa de la Obra es la de la "elusión"; no debatir nunca, no contestar nunca, no entrar nunca en materia.
Ante la avalancha que representa el Codigo se realiza, convencidos que la tormenta ya pasará, que el impacto de una novela y una película de estas características son efímeras (cosa razonable), pero profundamente afectados por la amplitud del ataque, se concentran en ampliar la respuesta habitual y oficial con datos y numeros, con referencias directas al ataque ("hablan" del Codigo Da Vinci entrando en varios aspectos) y gran novedad!: ponen como imagen de lo que son a las mujeres supernumerarias.
Y efectivamente, la ejemplaridad de la vida de la mayoría de las mujeres supernumerarias es notable; a pesar de lo discutible de muchos planteamientos. Al menos las que conozco.
Como imagen para los paises latinos es la mejor que pueden ofrecer y para Estados Unidos tiene la ventaja de presentar una parecido enorme con los 60 millones de personas que componen la "moral majority", esa coalición neoconservadora de evangelistas, católicos, prebisterianos etc que, oyéndoles hablar del aborto, del divorcio, de las libertades civiles, la presencia de la religión en la vida pública, la "moral y las costumbres", y la manera como lo hacen es equivalente a los de la Obra.
Cuando murió Escriva comenté, de manera muy light, que para ser congruentes, lo lógico y congruente sería que se nombrase como Padre a un laico. La importantísima comunidad de San Egidio así lo tiene. La tradición que la conducción de hombres y mujeres en el mundo la haga un célibe eclesiástico fuera del mundo siempre ha chocado (especialmente en el mundo anglosajón) e históricamente ha llevado a curiosas manipulaciones, por ejemplo, la de María Magdalena, discípula notable de Jesús -con la intimidad que eso representa- y testigo privilegiada de la Resurrección de Jesús relegandola completamente, colgandole, además, el sambenito de prostituta arrepentida.
Por eso no esta nada mal pensado esconder a los autodenominados "discípulos" de Jesús, aquellos que deberían llevar una vida itinerante, libres de todo compromiso con el mundo, que, históricamente se han burocratizado y que, en la Obra, se equipara a los numerarios y mostrar a los sedentarios, a las Martas del Evangelio que la Obra llama supernumerarias.
En coherencia con la ejemplarización que hace ahora la Obra deberían pensar que una supernumeraria podría ser el nuevo Padre. Naturalmente eso representaría desmontar el tinglado institucional, pero.... eso daría pie a una ficción de algun autor imaginativo de esta web!
Muy cordialmente a todos
Salvador
