La iglesia conoce el opus.- Aquilina
Fecha Wednesday, 03 May 2006
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


No obstante mis ya lejanos estudios de filosofia, confieso que a menudo tengo dificultades a seguir con plena comprensiòn muchas intervenciones en opuslibros de la ultima temporada que tratan de teologìa y de derecho canonico. No quiere ser una critica, sino un reconocimiento del nivel al que llegò el analisis acerca de nuestras vivencias. Aunque no los comprenda totalmente, todos los escritos que leo me ayudan a comprender mejor y a enterarme mejor de lo que vivì.

 

Bueno, desde este nivel elemental de comprensiòn de los problemas, quiero subrayar lo que para mi constituye una evidencia acerca de las ùltimas reflexiones sobre cuanto la iglesia romana se entera o no de la efectiva realidad del opus.

 

Yo he vivido la temporada de los años ’70 del siglo pasado, en los que el opus se encontraba mirado con recelo por la mayorìa de los sacerdotes, de los obispos y, ya se dijo, de los papas. Sé por cierto que esta situaciòn se habìa dado en el pasado, en épocas anteriores a mi pertenencia a la instituciòn.

Si todo esto lo recuerdo yo, que tengo 50 años, estoy cierta de que los mismos recuerdos tendràn la mayorìa de los obispos, que tienen màs años que yo. En un esfuerzo de comprensiòn puedo conceder que para unos cuantos de ellos el problema “Opus Dei” no fuera tan prioritario respecto a otros problemas, y que por esta razòn tales recuedos no sean tan nitidos, pero no puedo creer que sus opiniones acerca del opus se hayan formado posteriormente a los ùltimos veinte años, o sea después del comienzo del pontificado de Juan Pablo II y del comienzo de la influencia del opus dentro de la iglesia.

 

Con estos presupuestos, me resisto a pensar que la iglesia sea tan inocente respecto al opus, y que sus silencios y hasta sus connivencias con la instituciòn puedan justificarse con su ignorancia. Mi opiniòn, por lo que he vivido en primera persona, es que una buena mayorìa de los obispos, y el mismo papa, sepan cual es la realidad, o se acerquen mucho a este conocimiento, pero que por sus razones (que se pueden llamar prudencia, conveniencia, interés, miedo, conformismo o lo que sea) aplazen el momento de manifestar su real opinion.

 

En este cuadro general puede por supuesto haber excepciones: obispos màs jovenes, de Africa o de Oriente, que se han criado lejos del mundo vaticano y que pueden efectivamente conocer de la obra la cara exterior, sin llegar a adivinar que la realidad es muy distinta.

 

Yo me imagino que cuando haya pasado de moda y de conveniencia simpatizar por el opus dentro de la iglesia y del mundo civil, la toma de distancia no va a ser goteante, como de quienes poco a poco vayan tomando consciencia de una realidad poco y mal conocida, sino bastante arrolladora, como pasa cuando acaba una dictatura. Esto ùltimo es una fantasìa mìa, y puede no ser cierto, pero las reflexiones anteriores creo que pueden ser las mismas de otros que han vivido dentro del opus anteriormente al pontificado de JPII.. Me gustarìa saber si esto es cierto.

 

Esta no es la opiniòn de una atea, sino de una catolica que, ademàs de ser “de a pié” es también “de tejas abajo”.

 

Saludos cariñosos para todos los Orejas,

Aquilina









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