Escribo para dar las gracias a Haenobarbo por sus ilustraciones sobre esas concreciones nada seculares del carisma recibido por el Fundador del Opus Dei.
Cuanto más información nos llega, más me convenzo del carácter sobrenatural del carisma que recibió. Pues me parece imposible que un hombre tan nacional-catolicista y controlador como Mons. Escrivá, con una ascética tan propia de los religiosos y una formación teológica tan limitada, haya podido concebir por sí mismo esas ideas que aparecen en todos sus escritos con tanto vigor y coherencia en el orden teórico, y tan contrarias a veces a las materializaciones que él mismo realizó.
Es decir, yo veo un claro Opus Dei, y al mismo tiempo unas opera Escrivá, que unas veces fueron más acertadas que otras en orden a plasmar ese carisma. El día que los ideólogos de la institución se decidan a desmitificar a su Fundador, podrán discernir lo permanente de lo circunstancial y sacar al Opus Dei, con la ayuda de Dios, del bloqueo en el que la actual confusión le ha sumido.
Saludos cordiales,
Doserra