Entidades interpuestas.- Trinity
Fecha Wednesday, 26 April 2006
Tema 110. Aspectos jurídicos


            No hace mucho me preguntaba una amiga qué pensaba sobre las posibles causas de la crisis que padece el Opus Dei. Ante mi silencio inicial, ella misma contestó: “Por lo que yo veo, la falta de autenticidad. En muchos asuntos, dicen una cosa y practican la contraria”.

 

Me lo han recordado las comunicaciones de Flanpan y Doserra sobre el control secreto que los Directores de la Obra ejercen sobre muchas iniciativas de sus miembros. Éste último se refería a iniciativas de naturaleza cultural, como una revista o un congreso universitario, de los que dicen que la institución no tiene responsabilidad alguna cuando en realidad los Directores sí se entrometen. Pero me viene también a la memoria lo que decía Oráculo sobre lo económico, en su artículo sobre La legalización canónica del “fraude” en el Opus Dei. ¿Con qué derecho controlan los ingresos laborales de l@s Numerari@s y Agregad@s sin que esto aparezca en los Estatutos? ¿Y por qué luego no siguen una transparencia en la administración de los bienes que los miembros de la Obra y los Cooperadores entregan a la institución?

 

            Basta leer el número 129 §2 de los Estatutos para que se despierten las sospechas: «De todos los bienes, sea cual fuere su procedencia, que pueden ser adscritos a la Prelatura, tan sólo habrán de ser considerados verdaderamente eclesiásticos, según las normas del derecho, aquellos que de hecho hayan sido ya adscritos a la Prelatura como tales por el Prelado». Y puesto que, en la práctica, sólo se adscriben a la Obra un porcentaje ínfimo de lo que ésta recibe, ¿qué pasa entonces con la mayoría de las donaciones? Pues muy sencillo: se van adjudicando a múltiples figuras jurídicas –fundaciones u otras sociedades civiles interpuestas, pero directamente controladas por unos pocos Directores y Directoras-, con las que se evita que esos bienes sean subjetivados en la Prelatura como tal y escapen así al régimen de las normas canónicas con las que la Iglesia vela por el espíritu de pobreza, honradez y caridad de sus instituciones.

 

            Esto no es veraz. Si quieren promover algo, que lo hagan a las claras, para que pueda saberse si actúan legítimamente y sea posible exigir responsabilidades a los realmente responsables. Lo que no parece admisible es ni la doblez con que funcionan en estas materias, que no es humana ni cristiana; ni la intromisión de los dirigentes de esta institución, teóricamente secular, en las actividades no institucionales de sus miembros.

 

            Saludos,

                                                           Trinity







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