El comentario de Flanpan me ha animado a buscar información gráfica sobre la Audiencia del Papa al UNIV, y me he encontrado un vídeo que muestra la Web oficial del Opus Dei. Me han llamado la atención tres cuestiones:

1ª)       La distancia interpuesta entre los anfitriones (el Papa y sus acompañantes) y los recibidos (la Obra, en definitiva). Todo se mantiene en un tono cortés pero no familiar, que me ha recordado el gesto de Benedicto XVI en sus vacaciones en el Valle de Aosta este verano, de hacer que le acompañara el Portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls, Numerario del Opus Dei, pero sin que perteneciera al grupo de los que vivían en el refugio de los salesianos donde se alojaba el Papa.

2ª)       La brevedad del momento del saludo del Prelado al Papa. De entrada, me ha llamado la atención que el Prelado no salga entre las autoridades que acompañan al Papa al entrar en el Aula Pablo VI, sino que se acerque en un momento dado a besar la mano del Papa. Pero también me ha parecido significativo que éste se limite a recibir su saludo, sin detenerse a conversar con él, como podría haber hecho -habida cuenta de ser el responsable del congreso- si hubiera deseado tener algún gesto relevante en esa línea.

3ª)       El bajo porcentaje de jóvenes que se advierte entre los asistentes. La sala está bastante repleta. Pero la mayoría de los que aparecen en las imágenes del vídeo son personas mayores: ¿dónde están los 6.500 universitarios que han dicho que asistieron? Quizá se deba a que -puesto que en los medios han difundido también que algunos iban acompañados por sus familias- no unos pocos, sino la mayoría de los universitarios presentes iban con sus papás y sus abuelos y tíos. Y, claro, se debieron ver obligados a limitar la participación de jóvenes para que asistieran sus familias…

            No cabe duda de que hay personas más expresivas que otras en sus manifestaciones espontáneas. Dicen que Juan Pablo II era un papa de gestos, mientras que Benedicto XVI lo es más de palabras. Pero me parece que la distancia mantenida no ha obedecido a modos de ser, sino a una distancia de seguridad buscada para evitar las manipulaciones que las autoridades de la Prelatura saben tan bien realizar en sus relaciones con la jerarquía eclesiástica. Ojalá que no me equivoque.

            Saludos,