Las contraindicaciones de la sonrisa como mortificación.- Spiderman
Fecha Friday, 21 April 2006
Tema 060. Libertad, coacción, control


“(…) la sonrisa amable para quién te molesta, (…). Esto, con perseverancia, sí que es sólida mortificación interior" (Camino, n. 173).

“Siempre alegres para hacer felices a los demás” (Título de un libro de Urteaga).

“A veces una sonrisa es la mejor mortificación” (Del refranero interno).

“Al mal tiempo, buena cara” (Del refranero popular).


Es cierto que uno en muchas ocasiones debe hacer un esfuerzo por mostrarse condescendiente con sus semejantes y pasar por alto sus defectos. Pero hacer de esta actitud un modus vivendi es algo que puede ser muy estresante y hasta en cierta manera antinatural. Esta idea la he intuido en muchas ocasiones en las que se me exigía “hacer buena cara”. Algo en mi interior no “encajaba”, estaba forzando mi afectividad y eso me acababa pasando factura.

 

El fundamento científico me lo ha dado David Servan-Schreiber en su muy recomendable libro Curación emocional:

 

Curiosamente, existe un indicador fisiológico muy simple de esta armonía cerebral(…): la sonrisa. Una sonrisa FALSA –la que uno se impone por razones de orden social- sólo moviliza los músculos cigomáticos del rostro, los que al hacer retroceder los labios descubren los dientes. Por el contrario, una sonrisa “verdadera” moviliza además los músculos que rodean los ojos. Pues éstos no pueden contraerse voluntariamente, es decir, mediante el cerebro cognitivo. La orden debe provenir de las regiones límbicas (“cerebro emocional”). Por esta razón, los ojos no mienten un nunca: su pliegue señala la autenticidad de una sonrisa. Una sonrisa cálida, verdadera, nos da a entender intuitivamente que nuestro interlocutor se encuentra, en ese preciso instante, en un estado de armonía entre lo que piensa y lo que siente, entre la cognición y la emoción. El cerebro tiene una capacidad innata para alcanzar el estado de fluir. Su símbolo más universal es la sonrisa del rostro de Buda.

 

Dejadme dar la vuelta a una de las frases del fragmento para que quede claro a qué me refiero:

“Una sonrisa fría, falsa, nos da a entender intuitivamente que nuestro interlocutor se encuentra, en ese preciso instante, en un estado de tensión entre lo que piensa y lo que siente.”

Si nunca os gustó sonreír por mortificación, ya sabéis porqué.

Spiderman









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