Es posible la paz.– José Carlos
Fecha Wednesday, 19 April 2006
Tema 140. Sobre esta web


Voces que claman desde el sufrimiento: sienten en su carne la injusticia.  La desolación del que asume haber perdido todo.  Muchos años en silencio, creyéndose en el lado perdedor de la vida.  Existencias afectadas por decisiones ajenas.  Marginación y olvido en su infortunio. 

 

Miran a su alrededor, y encuentran otras almas afines que comparten su destino, su pasado y su dolor.  Conciencia colectiva, canalización de la furia, solidaridad, fuerza, coraje.  Se alza la protesta.  Reivindican los derechos ignorados: exigen satisfacciones...



Los que habían dominado, desde una situación de aparente privilegio, se atrincheran atemorizados.  Parece que no ven o que no quieren ver.  Buscan los apoyos de siempre, los poderes terrenales y eternos.  Se defienden de los excesos que inevitablemente ocurren.

 

Acusaciones mutuas, críticas acerbas, ataques viscerales, juicios temerarios de uno y otro lado.  El resquemor del resentimiento.  Juego sucio, propaganda, desprecio, rencores, cabecillas, demagogia, demonizaciones.  Regocijo ante las desgracias del adversario.  Se polarizan los extremos, se ahoga la concordia.  Ciega la pasión.  Se tiran piedras y estallan vidrieras.  Algunos pierden la fe; otros quieren quemar y destruir.  Callan y lloran los inocentes.  Vidas rotas, familias desgarradas.

 

Ante el desalentador panorama, arrollado por los acontecimientos, el insigne prócer que luchó por hacer dos mundos opuestos compatibles en el marco de la convivencia, hubo de dar paso a la amargura y lamentar, “No fue posible la paz.”

 

Salvando las largas distancias de tiempo, lugar y circunstancia, me niego a aceptar el pesimista desenlace: ¡Es posible la paz!

 

-        Es posible la paz porque veo mucho corazón bueno que, acendrado en el propio crisol, sabe abrirse y acoger al que llega exhausto y afligido.

-        Es posible la paz porque ahora hay un punto de reunión y de encuentro donde existe la comprensión.

-        Es posible la paz cuando sabemos desechar el insulto fácil y la ironía mordaz, en favor de una discusión serena, ecuánime, mesurada y profunda de lo que nos ha acontecido.

-        Es posible la paz si abandonamos el pasado en su Misericordia, el presente en su Amor y el futuro en su Providencia.

-        Es posible la paz si, en vez de lanzar epítetos peyorativos a un santo de la Iglesia (venga hombre, que la Escritura relega “Príncipe de la Mentira” al mismísimo diablo), nos ocupamos de nuestra propia reconstrucción.

-        Es posible la paz si, en lugar de perdernos en disquisiciones sobre su talento o falta del mismo por el arte litúrgico (a fin de cuentas, ¿qué más da?), sabemos agradecer alguna cosa buena que hayamos aprendido en el camino de nuestra vida, gracias a él; si en lugar de burlarnos de su forma literaria nos enfocamos en el fondo de lo que escribe.

-        Es posible la paz porque ya no hay náufrago que no encuentre su velero.

-        Es posible la paz si se reconocen las tragedias y se rectifican los errores, con toda la humildad institucional que haga falta.

-        Es posible la paz cuando sabemos apreciar lo objetivamente bueno que hay dentro: las personas que recomienzan su vida cristiana, las vidas abnegadas de los que piensan que ésa es su llamada, el amor a la Virgen y a los sacramentos, las amistades que perduran, las labores sociales que sí que existen en varios lugares del mundo…  (¿que podría haber más? – ya lo sé, pero no ignoremos lo que ya se hace, hay que ser justos…).

-        Es posible la paz cuando, al exponer nuestras convicciones, las contrastamos con la evidencia que se nos ofrece.

-        Es posible la paz si dejamos de juzgar a las personas como no querríamos ser juzgados.

-        Es posible la paz cuando vislumbramos las manos amigas que se nos tienden desde el otro lado de la pantalla.

-        Es posible la paz si se nos trata con respeto y se honran nuestra libertad a expresarnos y nuestro derecho a asociarnos, sin sabotajes cibernéticos.

-        Es posible la paz cuando sabemos convivir en diferencia de opinión, y aprendemos de las vivencias e impresiones de los demás.

-        Es posible la paz si, en un clima de deferencia pero con firmeza, seguimos luchando por mejorar lo que puede mejorar y por cambiar lo que tiene que cambiar, sin dejarnos llevar por antagonismos de galería que carecen de visión sobrenatural o de futuro, y que cierran puertas innecesariamente.

-        Es posible la paz cuando llegamos a perdonar.

-        Es posible la paz si, antes de escribir, nos paramos a pensar si lo hacemos por amor y con amor.

-        Es posible la paz cuando descubrimos que Aquél que puso a su propio Hijo en la Cruz permitió que nos ocurriera lo que nos ocurrió; cuando vislumbramos su mirada cariñosa, y encontramos razones para agradecerle la vida que ahora nos llena.

 

Que esa paz, interior y exterior, nunca sea un saludo-contraseña vacuo de significado, sino una realidad diaria que nos acompañe a todos y todas en estas Pascuas.

 

Un abrazo muy fuerte,

José Carlos







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