Después de leer a Josito, Sonsoles, Guiomar e Isabel Nath he de decir que estoy de acuerdo con todos.

Yo también tengo ese extraño sentimiento de no querer a nadie y hasta ahora no se me había ocurido que podía ser por los mas de 10 años que estuve la Opus (de los 16 a los 27). Me explico. Estoy casado y con dos hijos, y si pienso en ellos no tengo dudas de que los quiero, pero hay un "alter ego" en mi que me situa en otro plano: parece que los sentimientos no son reales. Recuerdo a un chico de 16 años que traté teniendo yo 23. Me apreciaba mucho, yo parecía ser para él un auténtico amigo, hasta que comprendió que mi interés por él era sólo proselitista y entonces me echó de su lado con rabia y despreció, y esto, a mí, me dejó indiferente: me importaba una m....... Ahí empecé a darme cuenta de mi incapacidad para querer.

Y es natural: el aprendizaje sentimental que hacemos en la Opus es a no querer. Por eso no sentimos nada hacia el que se va de la Opus aunque lo tratabamos a diario. Por eso podemos no sentir cariño hacia un familiar y dar de lado a todos los asuntos de nuestra familia de sangre. Y esto no es programación, reiteración de consignas, etc. Es un auténtico aprendizaje sentimental, y ¿cómo se desaprende algo?.

Cuando me salí estuve dos años sin pensar. Asi como suena. No es que me lo propusiera, es que no me salía ningún pensamiento que no fuera una consigna o norma de la Opus, y yo quería vivir sin ser de la Opus, así que no podía pensar. Hasta que un dia, de repente, me saltó una especie de "clic" en la cabeza y me encontré pensando por mi cuenta. No se si esto le ha pasado a alguien. El pensamiento programado había dejado de tener vigencia, pero el aprendizaje sentimental creo que no se puede desprogramar igual.

En la película de I. Bergman "Confesiones intimas" el pastor le dice a la discípula al final: "Lo importante no es amar sino actuar con amor". A mi esto me parece una aberración, pero creo que habla de la imposibilidad que tiene de amar realmente el que ha sido educado de esa manera.

Un saludo.

Manu