Para Luis (supernumerario feliz de serlo).- Petergrant
Fecha Monday, 03 April 2006
Tema 020. Irse de la Obra


Estimado Luis:
 
En primer lugar, me alegro de que estés feliz con tu decisión de ser supernumerario. No tenemos más que esta corta vida, de modo que hay que intentar vivirla siendo felices y hacer felices a nuestros seres queridos.
 
Hace casi veinte años que dejé de pertenecer (como numerario, durante diez años desde los catorce) a esa institución a la que perteneces. Permíteme decirte respetuosamente que el que no ha entendido "eso de la vocación" eres tú. Al menos, no has entendido lo que en aquellos años se nos explicaba a los numerarios jóvenes. A nosotros se nos explicaba que Dios nos había llamado ("vocare" significa "llamar" en latín) desde toda la eternidad a ser numerarios. Tú explicas la decisión de pertenecer a esa institución como algo libre: si quieres, perteneces, y, si no quieres, lo dejas. Pero si crees en un Dios Todopoderoso, que te juzgará al final de tus días y te enviará al cielo o al infierno para toda la eternidad ¿cómo vas a decir que no a su llamada? Sencillamente, no puedes decir que no. Esa es la presión psicológica que se hacía en esa época sobre niños indefensos de catorce años: si contestabas que sí a la llamada y hacías todo lo que te decían, tenías asegurado el cielo y si contestabas que no, tenías prácticamente asegurado el infierno. En realidad, si pensabas con lógica, tenías asegurado (no "practicamente asegurado") el infierno. En el momento de entrar, te hacían más hincapié en lo del cielo y cuando ya estabas dentro, a medida que pasaba el tiempo, iban haciendo más hincapié en lo del infierno. Los escritos de Escrivá sobre los que abandonan la vocación (no te olvides, la "llamada" desde toda la eternidad del Todopoderoso) son terribles y no dejan lugar a dudas. Lo que has escrito ("si quieres perteneces, si no quieres lo dejas"), está completamente en contradicción con lo escrito por Escrivá sobre la vocación.
 
Dices que "situaciones diferentes a esta son irregularidades que deben ser denunciadas". Pues bien, esto es lo que hace mucha gente en esta página: denunciar la coacción, sobre todo hacia los menores de edad.
 
Tu forma de pensar es bonita, pero no es lo que escribía Escrivá, ni lo que se nos decía a los numerarios jóvenes entonces. Si la institución evoluciona hacia la forma de pensar de tu escrito, me alegro de verdad.
 
Recuerdo cómo en cursos de retiro se nos daban meditaciones sobre Judas y su trágico final. Pues bien, ese final nos esperaba si dejábamos "la barca". Esas meditaciones eran, perdona la expresión, para acojonar a cualquiera que pensara en tirar la toalla. ¿Cómo no iba a sentirse como un apestado o dejado de la mano de Dios quien dejara "la barca"?
 
Conoces varias personas que han dejado la Obra y que viven sin complejos y sin rencores. O sea, conoces a varias personas que han dejado la Obra y viven felices. Si leyera tu escrito Escrivá, se cogería un cabreo de aquellos terribles porque le estás contradiciendo.
 
Es duro cambiar de vida, sí. No por cargarse de ira la adaptación va a ser mejor, quizá. Pero yo me cargo de ira y me recargo cada día y maldigo a Escrivá por haber provocado el que se aterrorizara con amenazas de infelicidad terrena y eterna a miles de niños de catorce años. ¿Aún se les sigue aterrorizando? Si es así, ¡qué desgracia!
 
Petergrant








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