Mal visto elogiar la belleza de una mujer. Una anécdota.- Miguel Ángel
Fecha Friday, 31 March 2006
Tema 010. Testimonios


En el año 1.982 fallecía en accidente de tráfico Grace Kelly, princesa de Mónaco. Para entonces vivía yo en un centro en Barcelona, inaugurado un año atrás por esas fechas.

Lógicamente, todos los medios de comunicación se hacían eco de la triste noticia. Estábamos recién sentados a la tertulia después de la cena, y encima de la mesa estaba La Actualidad Económica, una revista. En su portada traía una foto de la cara princesa de cuerpo presente, en el ataúd abierto. Un numerario, vasco, socarrón y muy suyo, pero también muy buena persona, exclamó:

- ¡Qué bella era esta mujer!.

Yo asentí. Fácilmente os podéis imaginar el numerito que se montó, los murmullos, las desaprobaciones... de punta nos caían los chuzos. Supongo que la cola que había a la puerta del director tras el examen no era para la hora santa o para pedir permiso para estudiar. Sólo le faltó colgar el cartel de "No hay entradas".

Cuánta contradicción. En primer lugar, siempre nos enseñaban que nunca se ha de murmurar, o comentar, contra un hermano, ni siquiera en privado si no media la autorización del director para la corrección fraterna. De la tesis a la praxis, un mundo. Otra cosa es que hubiera manifestado, yo qué sé, que el Barça es mejor que el Madrid, cosa que dudo, y todos hubieran gritado ¡hala, animal...!. Pero no, debió decir algo muy feo por lo que se ve, y todos se escandalizaron, los brazos alternativamente al cielo y a la cabeza... Aclaro que Barça y Madrid, entre otras cosas, son equipos de algo que se llama balompié. Lo digo, por la internacionalidad de esta web.

En segundo lugar, por la puerilidad del fondo de la cuestión. ¿No nos enseñaban que la belleza es un bien?. Será que, según la obra, podemos admirar la grandiosidad de una montaña como el Cervino, o la finura de líneas de un Ferrari, pero nunca la belleza del rostro una mujer. Ojo, que no es que hubiera visto una foto de una señora en minifalda y gritara "¡qué requetebuenorra y jamona está la titi...!".

Y en tercer lugar, porque no dijo ninguna mentira: Grace Kelly era una mujer bellísima. No estamos en la Edad Media, pero retaría en singular duelo a quien osare insinuar lo contrario.

Un abrazo.

Miguel Ángel.









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