¿Por qué me fui?.- Mabel
Fecha Wednesday, 22 March 2006
Tema 010. Testimonios


(Nota: el día 1 de marzo envíe un escrito con el mismo título que éste y por motivos desconocidos no llegó, ahora lo vuelvo a intentar. La segunda parte de este escrito la envíe el 3 de marzo y esa sí que llegó, por si queréis enlazarlo. Gracias. ) 

 

Estando tan cercano el día 19 de marzo me ha dado por recordar los motivos por los que me fui del opus.

Pedí la admisión como agregada el mismo día que cumplí 14 años y medio, el 19 de diciembre de 1978. Por supuesto mis padres no tenían ni idea de lo que había hecho ya que algunos meses antes, en verano después de una convivencia en Úbeda (Jaén) me planteé que podría tener vocación al opus. Al llegar de regreso a casa se lo comenté a mi madre y su respuesta fue que era demasiado pequeña para  plantearme esas cosas. A mí no me sentó bien pues pensaba que con catorce añitos ya podría decidir sobre temas tan trascendentales .

Le dije a mi "amiga" del opus lo que me había dicho mi madre y su comentario más o menos fue: la vocación es como una llamita, a veces los padres no entienden y dicen o hacen comentarios  que pueden dar al traste con esa llamita. Consecuencia: nunca más hablé con mis padres de este tema.

¿Qué encontré en el opus al llegar? Ambiente agradable, alegría, planes divertidos, amigas que me llamaban, me sentía bien porque sabía que Dios me había "elegido".

Por mi carácter y por mi situación familiar (la relación entre mis padres no era buena) pienso que fui presa fácil para el opus. Para mí ir al club barcal era una liberación.

Esa imagen tan idílica se rompió un poco cuando al poco tiempo de escribir  la carta me dijeron que debía usar el cilicio y las disciplinas. Ni sabía que existían semejantes artilugios y recuerdo que tuve una sensación de rechazo pero el pensar que todas aquellas "hermanas mías" tan majas y simpáticas (no me parecían ningunas ignorantes) lo usaban  me dio ánimo y fuerza para empezar yo también a utilizar semejante aberración. Pensé que sería algo bueno si "tantas" personas lo utilizaban ya. Quizá ese fue uno de los primeros momentos  en que dejé de seguir mis propios criterios para regirme por los de las directoras.

Al cabo de unos tres años  la imagen de "película" que tenía del opus se empezó a desmoronar: había demasiadas obligaciones, las reuniones de san rafael se me hacían insufribles: ese dar listas de personas  para invitar a distintas actividades no iba conmigo y se me hacía muy cuesta arriba la que conlleva vivir como agregada y ante el pensamiento de abandonar se me venía a la cabeza que eso sería dar mal ejemplo a mis hermanas (también del opus) siendo yo la mayor de todas. Y así fue pasando el tiempo: renqueando, empezando y volviendo a empezar.

Además tenía la sensación  que si abandonaba estaba haciendo algo que no era bueno.

A lo largo de más de 20 años he ido descubriendo la verdadera cara del opus, la otra, la que no te enseñan al llegar, y esa cara no es tan bonita como la primera es fea muy fea.

Recuerdo la forma de razonar sin argumentos, ahí van varios ejemplos:

Cuando llegué al opus las numerarias y agregadas no podían utilizar pantalones y los bañadores debían tener "faldita". Esto con el tiempo cambió y ya se podían usar pantalones y simplemente bañadores. Al preguntar por este cambio me dijeron que eso era algo accesorio, era accesorio pero hubo que vivirlo decía yo, y si es accesorio es eso accesorio se puede o no vivir, pero no: había que vivirlo.

También usábamos velo, medias y latines cuando en ningún sitio se utilizaba ya, ¿no somos cristianos corrientes? preguntaba yo y la respuesta: sí pero hay formas distintas de hacer las cosas !!!!!! en fin la Iglesia con sus normas  y el opus con las suyas.

En una ocasión se me encendió una luz: se hablaba mucho en meditaciones, círculos, charlas que Dios es un amante celoso. Ese adjetivo en el lenguaje habitual es algo negativo que como poco indica falta de confianza ¿y se lo aplicamos a Dios?

Y empecé a ver que el lenguaje se manipula  y se utiliza según le conviene al opus.

Trabajé en dos labores personales, una EFA (escuela familiar agraria) en Ciudad Real y un colegio en Málaga. Se dice que no son del opus  pero las directrices están claras . Lo digo porque he visto cómo se reunían las directoras de la delegación correspondiente con el comité directivo y profesorado del opus para "conseguir más".

El fin de estos colegios  no es la educación de los alumnos,  es formarlos al estilo opus  para ser posibles candidatos .

Por casualidad me enteré del motivo por el que no me renovaban el contrato en el colegio de Málaga: venía una numeraria recién licenciada a vivir al club la caleta y así dando clases en el colegio podría conseguir que las alumnas fueran a estudiar allí y luego pasar a distintos medios de formación. Se le escapó a una persona del comité directivo y os podéis imaginar cómo se me quedó el cuerpo, lo comenté en la delegación  y lo que me dijeron fue que  nunca debía haber oído ese comentario (no que fuera falso).

Todavía seguía pensando que hablando se arreglan las cosas (ingenua de mí, con el opus eso no es así) y con otra compañera, también del opus, hicimos un escrito en el que comentábamos aspectos claramente mejorables en el colegio. Lo enviamos a la delegación de Granada de la que depende Málaga y a la central de los colegios (centros familiares de enseñanza, ahora se han cambiado el nombre), la única contestación que recibí fue una llamada de una directora de la delegación diciéndome quién era yo para escribir nada y menos del colegio, que no volviera a llamar ni a quedar con la otra profesora autora también del escrito ya que por ser del opus era perder el tiempo que lo mejor era que me dedicara a hacer apostolado.

Me fui porque quería ser feliz, en el opus había muchas cosas, tiempo siempre ocupado pero lo que quería era ser feliz.

No quería parecerme  a las agregadas mayores que iba conociendo, lo comenté una vez al sacerdote y madre mía como se puso: que yo que me creía, que ellas habían entregado su vida ...

Me fui por que me di cuenta que el opus es un gran montaje  en donde la persona no es lo importante lo que importa es el opus. He conocido a personas con muy buena voluntad, no es un problema de las personas sino del montaje opus, personas con la mirada triste que sonreían pero se les notaba tristes y yo en muchas ocasiones también disimulé mi malestar, no quería ser así.

He visto demasiadas incongruencias y mentiras, muy poca caridad y cariño de verdad, casi siempre normas, directrices y formas de hacer pero todo con muy poca alma.

Cuando estás dentro parece que solo existe el opus y luego vas comprobando que lo que ocurre es que cuando llegas  te ponen una gafas  para ver según la mirada y los criterios del opus  que nos da una visión distorsionada de la realidad.

Un saludo, Mabel









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