Respecto a lo que cuenta Edu, en mi región intentaron enviar a todo el mundo como fuera. Desde el primer momento esa movilización no me pareció de "buen espíritu" (faltarían años para darme cuenta de que no existía ningún espíritu) por lo cual decidí no ir, aunque la razón externa que di a los directores fue de orden económico, que también era real.

Faltando una semana o algo así, consiguieron un pasaje gratis, con tal de que fuera. Estaban obsesionados con el número. Pero finalmente dije que tampoco.

Sabía muy bien que jamás pondrían el mismo entusiasmo si les planteaba un viaje por razones profesionales. Lo de la santificación del trabajo era algo inexistente. Lo real era la primacía del proselitismo y la gloria vanidosa de la propia institución.

Saludos,
E.B.E.