La 'formación' lleva a la persona a un callejón sin salida.- Josepho
Fecha Friday, 17 March 2006
Tema 010. Testimonios


Apreciada Inés y queridos todos,

agradezco muchísimo tus palabras y tu aliento, Inés. A mi me ocurrió el atropello-acoso-depresión hace 13 años, pero parece que fue ayer. No dejé la Obra enseguida, sino al cabo de 7 años de las fechas de marras, y creo que fue un error no dejarla enseguida. Solo después de dejarla, hace ahora 6 años, empecé a remontarme. Ahora estoy bien. Resulta que mi siquiatra es muy bueno, pero en cuanto a la continuidad de la pertenencia a la Obra o no, no quiere entrar. Es un tema que lo deja a criterio del paciente.

Yo quise entrar a tratar este tema aquí en la web, porque creía que podía aportar algo para los que se encuentren en situaciones parecidas, pero cada caso es distinto, aunque pudieran tener unas causas, en el origen, comunes.

Habrá algunos que lleguen a los extremos de tener el tema "suicidio" muy cerca, pero eso no quiere decir que todas las evoluciones de la depresión pasen por ello. Cada caso puede ser distinto...



El que las causas puedan ser comunes lo digo a grandes rasgos. El director puede agredirte con el acoso moral de una forma fulminante, o puede que sea más suave y te ocasione solo un malestar que puede uno sobrellevar sin caer en una profunda depresión. Eso depende de muchas cosas.

Ahora bien, la metodología que usa la Obra para obtener "santos", en general, creo que tiende siempre a acorralar a la persona que estan formando, hacia una situación de callejón sin salida. No me refiero a la entrada inicial, cuando pitas, que todo te lo pintan de color de rosa. Cuando eres niño de San Rafael, te parece que aquello que estás viviendo, los primeros cursos anuales, a los 14 añitos, a los 15, a los 16, es una maravilla de convivencias. Te lo pasas en grande. Todo es maravilloso. Tienes la sensación de estar en el paraiso con aquellos jóvenes tan divertidos [ahora me viene a la memoria Satur], que no son mucho más mayores que uno. Solo tienen 23 años o tal vez un poco más pero no se les nota. Y te crees que esta felicidad durará toda la vida.

Pero llega un momento, cuando entras en el Centro de Estudios, en primero de carrera, que, poco a poco, sin apenas darte cuenta, te ponen a marcar el paso. Uno, dos, uno, dos... Y tienes que ir aumentando el cumplimiento de tus Normas con más Normas y tus costumbres con más Costumbres, que no eran tuyas y ahora son tuyas. Y asi van saturando tu tiempo, sin apenas darte cuenta. Resulta que tienes que estudiar la carrera, que para el que la ha escogido fácil, es menor problema, pero el que ha escogido una carrera difícil: caminos, matemáticas etc. las va a pasar "canutas", porque no es solo estudiar, sino que es estudiar+cumplir las Normas+ cumplir las Costumbres+asistir a los medios de Formación (círculos, retiros, charlas, clases de apologética, de lógica, de moral, de historia de la Iglesia y tantos etcéteras)+hacer apostolado "personal"+ invitar a 35 amigos a las meditaciones de San Rafael cada semana (para que acudan 2)+ todo lo demás.

Y resulta que esta incorporación a tu Plan de Vida de tantas y tantas obligaciones, no acaba nunca. Siempre te están ampujando, por el plano inclinado hacia arriba, sin llegar nunca al final. No hay una "altiplanicie" al final de la "cuesta". Solo hay "cuesta", sin final. Y claro, resulta que llegas a los 8.000 metros y te quedas sin oxígeno. Pero como el que te empuja lo hace por "teledirección" a él no le preocupa el que no tengas oxígeno. El solo te va a dar más obligaciones. El solo quiere que seas santo sin remisión. Que seas el más perfecto apóstol posible. O sea que no hay límite.

Frente a este panorama solo hay dos salidas:

1) Que te entregas sin condiciones en las manos de tu director y le dices: Mira, no puedo más, ahí me tienes y haz conmigo lo que quieras. Voy a hacer todo lo que tú me digas, solo dejándome para dormir el mínimo que tu me concedas, y a ver cuanto aguanto...  Es decir, te entregas como esclavo, pero a gusto.

2) Que como ves que tú eres un ser humano libre, asi te ha hecho Dios, ha llegado un momento que no puedes más y ves, claramente, que todo eso de la Vocación al Opus Dei, no puede venir de Dios. Tienes la conciencia clara que el Señor te ha dicho, a tí y a todos, que "Su yugo es suave y su carga no es pesada", o sea, que lo que te está ocurriendo con tu Vocación, no puede ser. Y es entonces cuando rompes. Es cuando entras en una depresión que, ya veremos como sales de ella.

Por lo tanto, ya se vé que la cosa no funcona. Que no puede funcionar. Es algo inhumano. Que está pensado con los piés.

Da la sensación que el que lo ha pensado, el fundador, creyó que tenía una luz, cuando "vió" la Obra, en 1928 ( 2 de octubre), y que tenía que desarrollarla con la máxima presteza. Poniendo a todas sus "Vocaciones" ante el máximo posible de "medios" de formación, sobrenaturales y humanos, para que su Obra, fuera lo más Sobrenatural posible, lo más perfecta, humanamente posible, y que ya no hubiese, para toda la humanidad, una vuelta atrás. Sería, lo que él "vió", la "Misión Universal" definitiva. Y, para los que le seguimos, los que creímos en él al principio, nos dió esta visión INEQUÍVOCA.

Cuando nos decía que él no excusaba de pecado grave al que no lograba 2 ó 3 vocaciones cada año, lo que estaba diciendo, es que su visión era exactamente esta. La de multiplicar por 2 ó por 3 el número de miembros del Opus Dei cada año. Según esta visión, si se hacen los números a partir de los años 60, por ejemplo, pues ahora, en este momento, toda la humanidad, es decir, los 6.500 millones de personas, ya serían del Opus Dei. Y si no tomad una simple calculadora y vais multiplicando la cifra de entonces, por ejemplo 50.000, por el factor multiplicativo anual, y veréis las cifras que os salen. Esta era su "cosmovisión": Totalmente mesiánica. 

Para todos los grandes hombres y, en particular, para este hombre que era el Hombre Grande Definitivo, por todo lo que he descrito antes, el pequeño detalle de poder hacer daño a los suyos por un exceso de "presión", no era muy importante. Su misión era mucho más alta que todo eso y no importaba la "sangre" y el "dolor" que podía ocasionar a los "suyos", pues para eso eran los suyos -sus "hijos"- y con ellos contaba hasta el final. La empresa era lo suficiente grande y sublime, como para sacrificar a quién hiciera falta para lograrla concluida.

Ojolá puedieran ver los que mandan ahora lo que digo y pudieran, están a tiempo, bajarse de la higuera y ponerse a andar con los piés en el suelo. Y ver como, lo que les decía el Fundador, era más bién una "alucinación" bastante perversa para los propios, y muy alejada de lo posible para el resto del mundo.

Es normal que, para los que no han calibrado los medios que iban a gastar, al final se queden a dos velas, o, lo que es peor, con las manos vacías. Con muchos edificios costosísimos, pero vacíos.

Bueno, continuará ...

Un abrazo muy fuerte a todos,

Josepho 







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