Mira, chico, has descrito la situación estupendamente, pero no me queda claro para qué pides ayuda, si para mover la montaña o para olvidarte de ella.

Ahora mismo ella se ve condenada por su debilidad. Habrá sido severamente amenazada con todos los males del averno. Y habrá debido entregarse a sesiones de vaciado de mente y alma inaceptables entre seres libres, maduros y responsables.

Esa noche tan fantástica, le ha llevado a ella la perdición y ha turbado su trayectoría hasta entonces inmaculada. Tus intentos de aproximación no harán más que acentuar esa turbación. La lista de mortificaciones expiatorias se habrá incrementado hasta lo indecible.  Y a cada intento tuyo, más mortificación más y turbación.

Yo tomaría distancia por un tiempo. Que las aguas se amansen en su mente. Que su espíritu retome la línea recta de su vida anterior. Que se sepa triunfadora. Que desaparezca la nefanda experiencia de los puntos de su agenda para la charla semanal don la directora.

Mi opinión es que, pese a todo, ella te va a llevar en su corazón. Aguarda el momento. Si tienes ocasión de comprobar que la presión ya ha desaparecido y que, pese a todo, eres algo especial para ella, trataría de calibrar la posibilidad de que tu "montaña" se haga supernumeraria.

Pero te invito a que te des una vueltecita por aquí y recapacites acerca de lo que supone una relación con alguien semejante a la luz de lo que ya se ha ido exponiendo antes por otros más cualificados que yo para hablar.

Kaiser