Sa Carrotja, Verano 1978.- Marco Polo
Fecha Wednesday, 22 February 2006
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


Leyendo el escrito de José Antonio (15-02-06) sobre su primer curso anual en Sa Carrotja, me han venido a la mente algunos recuerdos. Servidor también estuvo allí en su primer curso anual de recién pitado. Era Julio de 1978. Algunos ex quizás ni habríais nacido. Otros ya estábamos por entonces en el Opus. Coincido con José Antonio en la descripción que hace de Sa Carrotja, su ambiente rústico y la ausencia de contacto con el veraneo de los veraneantes. Lo mejor del curso anual eran las excursiones. Lo de la apologética y las charlas para ir adquiriendo el espíritu del Opus era un rollo que soportábamos estoicamente. A nosotros, que todavía no habíamos cumplido ni los quince, lo que nos iba era el jaleo y hacer el gamberro.

Algunas veces fuimos a la playa, pero con las debidas precauciones. Una vez, para poder ir a una playa cerca de Porto Cristo, se utilizó el coche del cura. Como éramos bastantes, el coche haría varios desplazamientos (¿hoy en día siguen siendo bastantes?). Otro y yo, que no teníamos ganas de estar esperando, cogimos la carretera por nuestra cuenta. Y ya lejos del territorio Sa Carrotja, bajo un sol de justicia, de pronto se detienen dos chicas que iban también camino de la playa y nos invitan a subir a su vehículo. Gran dilema...



Por un lado, las niñas, que estaban de muerte (aunque no tanto como Emevé) para mayor tentación iban en bikini dentro del coche y nosotros llevábamos en nuestro retiro del mundo varias semanas sin ver una moza, lo que hacía aún más apetecible el trayecto con éllas. Por otro, éramos numerarios del Opus Dei, gran cosa esto, y debíamos ser fieles a nuestra vocación. Estábamos que no sabíamos si subir al coche o no, lo cual indica que mi compañero en la andadura sentía lo mismo que sentía yo, cuando de pronto pasa el coche del cura cargado de numerarios que se salían por las ventanillas y nos ven conversando con tan gentiles damas. Al ser pillados in fraganti les dimos las gracias a las del coche por el ofrecimiento y seguimos caminando en nuestro día de excursión semanal, ya que éramos, como aquí se ha dicho recientemente, campeones en la ortodoxia, gilipollas, pero campeones en la ortodoxia, aunque por un momento rayamos la heterodoxia, que, en mi caso, siempre caracterizó mi funcionamiento como numerario. Ítaca decía (14-09-05) que ella siempre fué una mala numeraria. Pues eso, servidor siempre fué un mal numerario. Es que éramos futuros ex, aunque nadie nos lo había dicho. Ahora imagino que las del coche pensarían si éramos poco menos que idiotas, incluso maricones, ya que nadie en su sano juicio habría rechazado una invitación como la de éllas.

Lo que le pasó a Vier en Molinoviejo era imposible que ocurriera en el comedor de Sa Carrotja, fundamentalmente por que no había una administración atendidada por nuestras hermanas, sino por aguerridas señoras de los pueblos próximos, que podían ser nuestras madres e incluso nuestras abuelas. Nunca tuve la posibilidad de agradecer a estas mujeres sus cuidados, así que, aunque sea prácticamente imposible que se enteren, mi agradecimiento por cocinar, lavarme la ropa y limpiar la casa.

Otra excursión fue a una cala. Llegamos allí en un barquito de pescadores. Hasta ese momento todo marchaba fenomenal. Pero al desembarcar, sin exagerar, fue parecido al desembarco de Normandía, nos encontramos, al igual que las tropas aliadas, con los alemanes, mejor dicho, las alemanas. Había allí unas chicas rubias como deidades nórdicas tomando el sol en top-less. Fue la primera vez que pude ver unas tetas al natural y, por qué no decirlo, noté que eso de ser numerario no iba a ser lo mío, aunque todavía seguiría diez años más en el Opus. Parecía que nuestra estupenda excursión se iba a estropear, una vez más, por culpa del sexo femenino, gran peligro para los numerarios, desvergonzadas hembras luciendo sus encantos al sol. Por algo había una indicación de no acercarse a la playa. La excursión no se estropeó, sino todo lo contrario. El director del curso anual, conocido como el Aurte, cual D. Quijote de la Playa, de pronto se encaminó hacia las del top-less y, no sé que les diría (tampoco sé donde miraría), me consta que el Aurte no hablaba una papa de alemán, que las mozas recogieron el chiringuito y se fueron de allí. Lástima, que bien buenas que estaban (como mi mujer lea esto me espera un tirón de orejas).

El curso anual terminó. Cada cual regresó a su centro y, unos antes, otros después, diría que la práctica totalidad de los que estuvimos aquel Verano del 78 en Sa Carrotja, nos hemos salido (gracias a Dios nos fuimos). Pero, con nuestro estar y pasar por el Opus, le dimos vida durante unos años, animamos sus actividades pseudoapostólicas y contribuimos a la causa de la Prelatura y de la Canonización.

En otra ocasión os contaré más gamberradas del siguiente curso anual en Escora, Canals (Valencia). También allí las hubo, como las incursiones en los huertos de fresas que rodeaban la casa, todo tipo de tertulias hasta altas horas de la noche, que requerían echarse la siesta al día siguiente, las partidas de póker y las excursiones, sin olvidar los baños en la piscina del complejo polideportivo de la empresa de un supernumerario, que permitían ver chicas guapas, aunque sólo fuera una vez a la semana.

Me uno a José Antonio, Tolorines y Arpont en el recuerdo de Santi Tusquellas. Efectivamente, quiso a quienes estuvimos a su lado y bajo su dirección.

Un cordial saludo a todas y todos, también a la familia Tusquellas, si alguien se lo puede hacer llegar.

Marco Polo

P.S. Emevé, espero que no te haya molestado mi comentario. Es un piropo. Sabes que te deseo lo mejor. Tolorines, hemos estado juntos muchas veces. Que me perdonen las ex si en algún momento mi escrito parece machista. Quienes me conocéis sabéis que no lo soy







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