Opción política en el Evangelio, la Iglesia y la Obra.- Salvador
Fecha Thursday, 29 January 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


Opción política en el Evangelio, la Iglesia y la Obra.

Estimado Galileo:

Intento de nuevo explicarme:

Objeto del debate.

- En la Obra ¿solo cabe una opción política, la de derechas? (tu tesis). ¿hay libertad política?

- Un católico, un cristiano hoy, ¿solo puede socialdemocrata si es coherente con la doctrina social de la Iglesia? -tesis Jose Tomas- (ergo, la aplastante mayoría de miembros de la Obra no cumple con la Iglesia). Fede dice que tambien puede ser un liberal político ( del tipo de los autores que son editados por la Unión Editorial) y que conoce gente de la Obra adscrita en ese bando.

Como método, debo decir que, para mí, el modelo a comparar no es la doctrina social de la Iglesia si no el originario, el evangelio o el modelo de los "primeros cristianos". También que entiendo por opción política no el ir a votar, sino ser consciente de hacer política o dedicarse a ella. Por último que no hay filosofía sin consecuencias políticas y viceversa, pues ambas afectan la existencia humana en su totalidad.

Empezaré por la segunda cuestión, la opción política de un cristiano, de un católico.

Opción política en el evangelio:

En el lenguaje de la Bíblia y del Evangelio, justícia se refiere tanto a nuestra "justícia" (ética y política) como a "justificación religiosa" (estado de gracia para la salvación). Así se lee en Mt. 5,20 y 6,33

Los "justos" son aquellas personas que reunen de manera indisoluble e indisociable tres características que nosotros hemos disociado: éticos en las relaciones con el prójimo, justos en las relaciones sociales y políticas, santos en la relación con Dios. Así el mundo moderno, a diferencia del bíblico distingue entre una esfera privada y otra pública.

Simplificando la cuestión, podríamos decir que los judíos pretendían realizar la santidad ("ser justos") mediante el cumplimiento de la ley (ética, socio-política y cultual en nuestra división). Y la ley son reglas, medidas, proporciones, repartos...

Jesús, repecto a la ley (también simplificando) y que, insisto recogía los tres aspectos de relación con el prójimo individual, con la colectividad y con Dios mismo, en primer lugar insiste en la unidad de vida (la mirada de deseo a una mujer ya es adulterio, irritarse con el prójimo ya es matarlo -Mt. 5, 21-26- etc.); es decir, quiere una correlación perfecta entre corazón-pensamiento-lengua-acción y eso en todos los ámbitos (lo que nosotros llamamos público y privado).

En segundo lugar, resalta que la ley, en "el Reino de los cielos y su justicia" (Mt. 6,33) es una apariencia, un "continuum", una estructura de algo más profundo: la caridad, que la sustenta y la vez la trasciende (porque Dios es Amor; y aquí Amor és caridad).

Debo aclarar que, según mi lectura evangélica, el amor no es caridad; pues el amor es sencillamente una elección libre por afinidad, simpatía o empatía, una admiración libre por el descubrimiento de un valor del otro (unos ojos o sonrisa preciosos, una valentía, generosidad, bondad etc.). Es claro que al enemigo, ese "hijo de puta" personal o colectivo (grupos, empresa, institución, Estado) que lo que hace es no reconocerte o hacerte daño, no es posible amarle solo es posible aplicarle o el combate (mobbing, violencia física o verbal, guerra etc), o la justícia (voluntaria, tribunales etc) o la caridad.

En otras palabras:

-la causa inmediata del amor es un valor que se quiere conservar o acrecentar (relación de amistad, pareja, paterno-filial...)

-la causa inmediata de la justicia es la reciprocidad de prestaciones (sean o no equivalentes: reconocer un valor -cualquier bien- o mérito o reponerlo si se ha menoscabado)

-la causa de la caridad (Amor) es Dios y el Reino de los Cielos a que uno se quiere incorporar; "si amais a vuestros enemigos, haceis el bien y prestais sin esperar nada a cambio entonces será grande vuestra recompensa y sereis hijos del Altísimo que es bueno con los desagradecidos y con los injustos" (Lc. 6,35). Se trataría de crear un valor, pues la caridad es tratar por encima de los demeritos (justicia) o de los desvalores (amor) del otro. (En expresión de Goethe: "si tomamos a los hombres tal y como son, - aplicación de la justicia- los haremos peores de lo que son. En cambio si los tratamos como si fuesen aquello que deberían ser, -aplicación de la caridad- los llevaremos ahí donde deben ser llevados")

La concepción de Jesús -siempre según mi lectura claro- es que el Reino de los Cielos, se concibiera cuando se concibiera, nació en la tierra con El (un Reino de caridad y justicia) y cuya implantación es inicialmente en la tierra aunque su plenitud sería "posterior". Era un reino (desde el punto de vista temmporal) "ya, pero todavía no". Para entrar en él y disponer, aunque parcialmente, de sus frutos (al menos en esperanza) uno debía adiestrarse, entre otras cosas, en una nueva dialética:

"Perdón por perdón": Lc 11,4= Mt. 6,12. Mc. 11,25=Mt. 10, 32. Lc. 6,37.
"Medida por medida": Lc. 6,38=Mt. 7,2. Mc 4,24
"Juicio por juicio": Lc. 6,37= Mt. 7, 1-2

El paradigma implícito en los tres aforismos citados es que "nos comportamos con los otros como Dios se comporta con nosotros y que Dios se comporta con nosotros como nosotros nos comportamos con los otros" y cuya conclusión es la lectura completa de Lc. 6, 36-38.

Los citados aforismos son indivisibles y unitarios: no son espirituales sino material-espirituales, son concebidos desde la "justicia" en el sentido bíblico (aunque con un acento distinto o completamente profundizado).

Conclusiones mias sobre la posíción política de un cristiano y católico:

1.- Jesús pretendió implantar el Reino de los Cielos y su Justícia en su tiempo y en Israel y la mecha no prendió.

2.- Su Reino es pre-ético y pre-político (la caridad)

3.- La forma política que hubiera adoptado el Reino en caso que Jesús hubiese triunfado no es posible conocerla. Hubiera sido una comunidad de justícia y de perdón completamente nueva y dentro de los que nosotros englobaríamos en el género de una utopía (la que solo puede realizarse mediante unos corazones y mentes transformados o convertidos, que es lo que pide el evangelio).

La relación entre justícia y caridad -que los modernos dicen que la caridad "completa" la justícia- no tenía una "estructura" y solo conocemos dos referencias posibles, el de Lc 6, 27 y sigs.: los prestamos no se devuelven, no se reivindica aquello que nos es arrebatado, el violento puede repetir la acción contra la víctima, al ladrón se le facilita el trabajo... y el relato de Zaqueo que mantiene su posición social pero subvierte completamente su función.

3.- Cualquier modelo ético y político es factible (la elección del tipo de "medida" o "ley" es una elección personal-comunitaria) ha de ser compatible y abierto a la caridad y a la unidad de vida.

4.- Los cristianos deben de tratar de implantar el Reino de Dios y su Justícia primero en ellos y de forma comunitaria dentro de una unidad de vida.

5.- No conocemos intentos de comunidades cristianas puras (quizás las reducciones del Paraguay se acercarían); la cristiandad es históricamente el únido modelo político y social que se ha tratado de implantar (un fracaso notable pero cuyo mito o nostalgia pervive todavía hoy, especialmente entre los cristianos y católicos de derechas u "ortodoxos").

6.- Con los condicionantes de 3 me parece compatible hoy con el "cristianismo" el socialismo (no el de Estado, sí los denominados "utópicos", los "kibutzim" judios, el autogestionario, el cooperativismo), el capitalismo (no cualquiera), el intervecionismo (la socialdemocracia brasileira de Jose Tomas) o una teocracia libre.

7.- Es perfectamente posible crear y practicar un liberalismo político, o incluso mejor un libertarismo cristiano. Pero no así con los textos vigentes del Vaticano II.

8.- El cristianismo apareció como un buena nueva de salvación para el mundo. Los hombres entraron por su camino pero pocos han llegado al final y la salvación universal continua siendo una buena nueva. Desde el principio los dirigentes de la humanidad han transformado en una doctrina abstracta el sentido vital del cristianismo.

La llamada doctrina social de la Iglesia, incluso con sus méritos, para mi se inscribe en una doctrina abstracta cuya práctica más aproximada son los partidos socialdemocratas tal como los describe Jose Tomas.

Posicionamiento de la Obra:

1.- Intuición de la importancia de la secularidad.

- Del correo de Fede destaco su mención a Hayek, promotor de la "Mountain Pellegrin", premio Nobel de Economía de 1974, uno de los grandes pensadores políticos del liberalismo del siglo pasado, el modelo en que se inspiró Margaret Tathcher (a pesar que Hayek se desmarcara con un orteguiano "no es eso, no es eso"). Transcribo una cita suya:

"...la sugerencia de que (...) los lazos sociales correspondientes a la Gran Sociedad sean de caracter "meramente económico" produce un vigoroso rechazo emocional. Y sin embargo, se trata de un hecho que dificilmente puede negarse. Como tampoco se puede escapar a la conclusión de que, para una sociedad de las dimensiones y complejidad de las modernas, no existe solución alternativa. Repugna a la mayor parte de nuestros congéneres todavía aceptar que el "vínculo pecuniario" sea el elemento capaz de aglutinar entre sí a los miembros de la Gran Sociedad; que en último término, el grandioso ideal de la convergencia de todos los seres humanos deba basarse en las relaciones establecidas entre personas motivadas por el deseo de alcanzar una más cumplida satisfacción de sus necesidades materiales" (del capítulo el "espejismo de la justicia social" en la obra "Derecho, legislación y libertad")

Si le damos a "necesidades materiales" un sentido abierto lo que dice la cita es cierto; el cambio de bienes y servicios crea el lazo que une a los hombres en sociedad.

- La religión judía, la Biblia es una religión de justicia (recordemos su sentido unitario de justicia y gracia) precisamente basada en la materialidad de las relaciones sociales. La comensalía que practicaba Jesus, como judío cien por cien, era y simbolizaba, al mismo tiempo, la sacralidad de la materialidad.

- La secularidad es el entramado social real, cuya vida la constituye la actividad, el trabajo de sus participantes.

- La intuición de la santificación del trabajo como eje central de la espiritualidad es el redescubrimiento de la fe bíblica, la constación de la realidad como expresa el texto de Hayek indicado. Si todo el mundo ejerciera su trabajo como debiera hacer se produciría una revolución, la sociedad sería otra. La mayor revolución política es precisamente que la ley se cumpla.

Qué es ser justo (en el sentido evangélico o bíblico) en el trabajo?. Hacer el trabajo bien hecho. Pero eso es muy difícil. Implica no aceptar encargos profesionales para los que no estas preparado, a pesar de las ventajas que pueda ofrecer (el ejemplo contrario nos lo ofrece Satur explicando - ver texto
"las contradicciones en los centros del Opus Dei"
- cómo muchos aceptan trabajar en los centros de fomento sin saber nada de enseñanza y los otros aceptan contratar profesores no por su capacidad y experiencia si no por su adscripción ideológica). No es justo en el trabajo aquél que acepta recomendaciones (el inspector que es benévolo en el acta por "recomendación" de X); no es justo, aquél que no cumple con su función específica y es consciente que la suya se enmarca en una cadena que puede considerarse decente. No es justo la puta superprofesional (la literal o la símbolica: por ejemplo el abogado que acepta un encargo que cumple a la maravilla pero sabe inmoral).

- La secularidad expresada en los términos liberales de Hayek puede interpretarse y vivirse de una manera abierta y buscando y viviendo la sacralidad que le es inherente. Desgraciadamente, el discurso de la securalidad intuida por la Obra (por ejemplo el enunciado en el discurso de Escriva en el campus de la universidad de Pamplona "amar al mundo apasionadamente" ) no se corresponde ni con una formulación coherente de una "secularidad sagrada" ni menos con la praxis institucional que de ella se hace y que afecta primordialmente a la justicia como opción política.

2.-Según se puede leer en esta web ("ideologia y estrategia" en el libro "historia oral del Opus Dei") Raimon Panikkar hace un esbozo teológico de la Obra que conoció (1940-66) en siete puntos.

Afirma en su punto 4 "si hay injusticia y desorden en el mundo es porque "nosotros" (los buenos, los católicos, los practicantes, los que seguimoslos consejos evangélicos) no tenemos el poder. Por consiguiente, todos los problemas sociales, del trabajo, de guerra y paz, etc están subordinados a que esa élite se haga con las riendas que gobiernan el mundo: la teología de las causas segundas. Debemos aprender de los Césares, Napoleones, Mussolinis. Lo que ocurre es que ellos eran malos. Por eso fracasaron".

En el 5: "el arma para la instauración del Reino de Dios es el trabajo ordinario. Todo va ordenado a este fin. La oración, la penitencia y demás virtudes (...) se ejercitan en la palestra del trabajo ordinario dirigido a los primeros puestos de la sociedad, en todos los órdenes (político, económico, científico, cultural), para desde allí implantar el reino de la justicia, del amor y de la paz (...).

En el 7: "esta utilización de todos los resortes del mundo (ingenio, estrategia, política, dinero, ciencia...) por conquistar el poder para la instauración, modernizada, del ideal de la cristiandad, en una palabra, esta confianza en los medios naturales, exige una utilización simultanea de los medios sobrenaturales, puesto que de lo contrario se rompería el equilibrio y la empresa dejaría de ser opusdei. Sin oración, sacrificio, obediencia, santidad... no se consigue nada. Todo va unido. Todo es congruente. Lo que no se pone en tela de juicio es la subyacente idea de Dios y de su Reino."

3.- Los enemigos políticos del régimen franquista, según autodeclaración, eran los " demo-liberales, los rojos y los separatistas" .

Cuando el falangista Jose Solís juró el cargo de ministro-secretario del Movimiento (año 74 o 75) declaró que "él era el último liberal de España". A partir de entonces bajo la etiqueta "liberal" se han cobijado una gran parte de la derecha-derecha de origen franquista, que podemos llamar los liberales-no liberales (Gil y Gil, Aznar etc).

Dentro de esta constelación de "liberales-no liberales" se han incorporado también otros grupos de la derecha-ecónomica que han navegado tras una estela tatcherista. También Rafael Termes, la orientación real del IESE y de gran cantidad de miembros de la Obra con significación política.

Conclusiones mias.

1.- Pienso y, quizás es un prejuicio debida a mi experiencia, que las pretensiones conservadoras, ya sea en política o en religión extienden cheques contra activos que ya no existen, contra fondos que ahora solo se encuentran sobre el papel, normalmente escritos en una caligrafía ejemplar o vociferados con una retórica contundente.

El ideal de la cristiandad, propio y latente en el pensamiento de la Obra de manera inequívoco entre 1940 a 1975, pertenece a una pretensión conservadora.

2.- Pertenecen a la categoría de los hombres-enigmas (expresión inspirada en Carmen Charo) aquellos que reconocen que el pan (el dinero como medio de satisfacciones materiales) para sí es una preocupación material y que el pan para los otros es una preocupación espiritual.

He encontrado frecuentemente este tipo de hombres entre que los que sostiene pretensiones conservadoras.

2.- Todos los miembros de la Obra que tuvieron una opción política conocida entre 1949 y 1975, excepto Calvo Serer y Antonio Fontan, se inscribieron dentro de la extrema derecha que representaba el régimen de Franco.

La explicación de la trayectoria de Calvo Serer y Antonio Fontan, contraria al pensamiento y práctica de la Obra permitiría responder, si entre 1949 a 1975 había o no libertad política.

3.- Los políticos de la Obra de la época franquista ciertamente hicieron una política católica (como ejemplo, ver en recortes de prensa de esta web -4-1-04- la carta de Escriva a Franco felicitándole por la ley de principios generales del movimiento cuyo máximo impulsor y redactor fue Lopez Rodó), pero no he encontrado ninguna aportación al Reino de Dios y su Justícia.

Como política católica tampoco fue ejemplar (como ejemplo, Matesa).

4.- No encuentro ninguna conexión entre una secularidad sagrada, que podría derivarse de la intuición o planteamiento teórico de la Obra, y que haría compatible con una praxis cristiana una teoría liberal como la de Hayek, con los abundantes defensores, autodeclarados liberales políticos o económicos, que perteneciendo a la Obra, defienden o ejercen políticas "liberales".

En otras palabras, ni concilian cristianismo con liberalismos hayekianos, ni practican un liberalismo con espíritu liberal, si no que usando términos cristianos y liberales practican un conservadurismo capitalista (en la órbita tatcheriana) que no es ni una cosa ni realmente liberal ni católico ni cristiano (nuevamente apoyo la tesis de Jose Tomas).

Salvador







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