Hola a todos y a todas,

En primer lugar, mis felicitaciones por esta página, que demuestra que hay gente con verdadero sentido común, con valentía y buen corazón, que ha sabido dar un paso tan importante como costoso y difícil.

He tenido una experiencia muy similar, por supuesto en menor medida, pero similar, a la de marcharse del Opus Dei.

No me he marchado de un lugar físico, pero tal vez sí se podría decir que de una especie de institución familiar que me tenía absorbida. Y no, no era mi familia.

Por esta razón he conocido muy de cerca a personas de la Obra. Personas en principio cercanas, aduladoras, acogedoras, pero que después vas dándote cuenta de sus segundas intenciones, de que quieren llevarte a su terreno sin que te des cuenta, y que, a pesar tuyo, lo han conseguido en muchas ocasiones.

He roto hace no mucho con mi vida anterior, porque no aguantaba más, porque de repente me di cuenta  que yo no tenía las riendas de mi vida.

Me he dado cuenta  que en realidad detrás de una máscara de perfección, se esconden personas frías y calculadoras. Que por supuesto tienen la verdad absoluta entre sus manos, y quien no piensa de esa forma es una pobre oveja descarriada, por la que hay que rezar...

Rompí con mi vida anterior, y ahora estoy bien, contenta, y estoy intentando encontrarme a mí misma. No, yo no estaba equivocada, no, yo tenía mis propias opiniones, sí, yo merezco ser también respetada.

Tanto querían manejarme que se propusieron hacer que dejara mi carrera, mi vida profesional que  hace poco empezaba a dar sus frutos. ¿una mujer siendo independiente por sus propios medios? ¡donde vamos a ir a parar...! Yo tenía que encajar en un mundo muy bien organizado, muy bien  estructurado, si no encajaba, ya sabía donde estaba la puerta. No tenía más opciones.

Al final opté por acercarme a la puerta, y salir. No sin dolor. Ahora quiero ser respetada por lo que soy, por mis opiniones e ideas sobre la vida, sin que nadie me tenga que juzgar, sin que nadie tenga que revisarme, o decirme que sin duda estaba equivocada, o reírse de mí si digo algo mal dicho, o considerada inferior por cualquier cosa.

No, no soy una niña ideal, no soy estilosa, ni guapa, no soy perfecta, ni calladita, ni sumisa. Tampoco soy servicial, ni sacrificada, ni quiero tener todos los niños del mundo.

Tengo mis ideas, sé qué es lo que quiero y como lo quiero, me entusiasma mi trabajo, para eso estudié y me formé, y mi carrera es muy valiosa. Y ningún trabajo es mejor que otro. Ninguno.

Ahora estoy empezando de cero, y me cuesta. Porque nada es fácil. Porque buscar la felicidad de uno mismo sabiendo que la consecuencia es dejar de tener una compañía a tu lado, duele.

Sé también, que las personas que me han hecho daño lo han hecho sin darse cuenta, han opinado, han coaccionado pensando en que eso es lo correcto, en que ese es El camino que hay que seguir. ¿El fin justifica los medios?  por eso me da tanta pena.

Yo nunca he pedido opiniones, ni consejos, sé qué es lo que quiero, no he querido nunca que me enseñen el camino correcto, porque lo tengo claro. Nadie me tiene que hacer ese favor...¿porqué se tomaban como una obligación llevarme por la vía adecuada? ¿acaso pedí consejo? ¿es que querían organizarme mi vida?

Y es que llevo ya mucho tiempo hojeando esta página cuando tengo tiempo, y me paso ratos y ratos enganchada leyendo testimonios. Y me siento identificada, y me gusta sentirme así, porque me puedo comprender mejor, y puedo afirmarme en la decisión que tomé.

Gracias a todos. Me gusta la gente que no tiene máscara, la gente transparente, la gente que ama de verdad, que no cae en la frivolidad, que no se queda en lo superficial, dándole importancia a cosas que al fin y al cabo, no son tan relevantes.

El respeto, el verdadero respeto al que tienes a tu lado, comienza por considerarlo tan valioso como tú mismo, aceptando su opinión como una más, ni mejor ni peor. Intentando llegar a consensos que hagan que en una relación de pareja sean felices las dos partes. Si anulas a la otra persona, no la respetas. Ahí está la cuestión.

Un abrazo a todos.

Kity