Pensando en lo que decías Aquilina, tengo la tentación constante de hacer un juicio de valor rápido sobre la Obra, que sea del tipo bueno-malo, para así resolver la incógnita (impaciencia). Pero por otro lado creo que la paciencia tiene sus frutos y uno de ellos es llegar a la verdad de manera más precisa. Pues no satisface imaginar qué intención tenían el fundador y cía, ayuda más constatar los daños concretos, de manera de "seguir la pista del daño" hasta dar con el origen o "el mapa" del asunto (largo camino).

 

Esto es lo concreto y es lo más interesante, mucho más que suponer lo que no sé o de lo cual no tengo pruebas.

 

Respecto de la anulación del juicio crítico, creo que el fundador mismo explica la causa (aunque hay también mecanismos más sutiles que esta frase): «Cuando -en contra de lo que os dice quien tiene gracia especial de Dios para aconsejaros- penséis que tenéis razón, sabed que no tenéis razón ninguna.» (libro "De nuestro Padre", nro. 72).

 

Saludos,

E.B.E.