Vocación: Mi aportación a la proposición (decente) de Jazz01.- Valle
Fecha Wednesday, 08 February 2006
Tema 050. Proselitismo, vocación


Recuerdo como algo sumamente chocante, a lo largo de los 4 años y medio que pasé dentro, el hecho de la mucha insistencia en meterme en la cabeza que yo era feliz. Yo tenía que ser feliz porque así se me decía y punto. Y esto no era algo de una directora en particular; Durante ese tiempo pasé por 4 centros diferentes y recuerdo la misma idea de todos ellos, es más, poco tiempo después de irme, hablando con una persona que seguía dentro, de repente, y sin venir a cuento me espetó: yo soy feliz, de donde deduzco que no era una apreciación personal.

Si traslado esta idea a la cadena propuesta por Jazz01(06/02), me sale el siguiente resultado:

Soy feliz porque tengo vocación, soy feliz porque soy fiel a mi (supuesta) vocación, soy feliz porque cumplo las normas, soy feliz porque hago apostolado, soy feliz porque tengo asegurada la salvación eterna.

Y también me sirve en negativo para todos los términos excepto para uno: si no soy feliz es porque no soy fiel, o porque no hago apostolado, o porque no cumplo las normas, o porque no veo tan segura mi salvación eterna, pero NUNCA, NUNCA, y aquí viene la trampa, debo llegar a pensar que soy infeliz porque no tengo vocación, ya que ese era un tema intocable.

Yo creo, que la infelicidad por el hecho de no tener vocación, cubierta con el manto de la prohibición de pensar en ello, nos llevaba  a buscar algo donde no lo había (con el convencimiento, porque así nos lo indicaba Dios mismo a través de las directoras, que algo debía  haber), lo que da lugar al consiguiente trastorno mental, que como hemos podido leer en numerosos testimonios, desaparece en el momento en que se admite que la infelicidad deriva simple y llanamente, de la inexistencia de esa tal vocación al opus.

Si parto de la premisa de que tengo vocación, entonces la infelicidad proviene de la negación de alguno de los otros parámetros: O bien no soy del todo fiel, o bien no hago apostolado, o bien no cumplo las normas, o bien no veo segura mi salvación eterna, y aquí, es donde te aplican el tercer grado: sinceridad salvaje, porque si no eres feliz es porque tienes algún "pufo" en alguno de estos temas, excepto en el de la certeza de que tienes vocación y venga a buscar donde no hay.

Desde que me fui de la opus, nunca me he preguntado a mi misma si soy o no soy feliz. Como el instinto de supervivencia, la búsqueda de la felicidad es algo inherente a las personas, pero así como no me repito constantemente: estoy viva, estoy viva, tampoco me repito soy feliz, soy feliz, aunque muchas veces (otras no) lo sea, y mucho.

Espero que todos vosotros lo seáis también aunque sólo sea un poquito y alguna vez

Valle.









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