Estoy de acuerdo con lo que afirmas en tu correo del lunes 6 de febrero, de que la inexperiencia en el terreno afectivo y/o sexual no tiene por que ser algo negativo asi de entrada. También en que la inocencia es algo bello. Pero estoy en desacuerdo en casi todo lo demás.
Desde mi punto de vista, que una persona después de haber pasado su adolescencia y parte de su madurez en el opus dei tenga la madurez afectiva del niño-a de 14 años que era cuando pitó, me parece cuanto menos antinatural. Que oye, cada cual ha tenido las circunstancias que ha tenido y no por eso es más ni menos que nadie, pero a mí personalmente positivo no me parece. Por supuesto puedes encontrarle aspectos buenos a casi cualquier cosa y de hecho es bueno ser capaz de encontrarlos, pero siempre teniendo claro qué es bueno, qué es malo, qué es mejor y qué es peor.
Sobre todo porque la inmedurez en el terreno sexual (que es muuuuy fácil de resolver...) va invariablemente unida a algo más grave que es la inmadurez en el terreno sentimental. Y ahí ya la cosa se complica, porque cuando las cosas implican el alma y no solo el cuerpo, hace falta mucho tiempo para alcanzar la experiencia necesaria y la madurez consiguiente. Suele ocurrir que no se dispone de tanto tiempo (salvo que se haya abandonado la prelatura en cualquiera de sus modalidades a edad temprana), y cada cual hace lo que puede, unos con mas exito que otros. Algunos con muy poco, seamos claros, y se crean situaciones complejas para el propio Ex y para las parejas que se le van cruzando de forma consecutiva en el camino. Aquí en la web se pueden leer ejemplos sangrantes, se me ocurre ahora el de Sabela (a quien aprovecho para mandarle dos besos bien grandes).
Es eso una ventaja???. A mí no me lo parece ni de lejos. Me parece más bien una putada, con perdón. Para los que pasan por esa situación y para sus parejas. Parejas casi siempre temporales aunque quizás podrían haber sido eternas, porque hasta que no se alcanza esa madurez sentimental es casi imposible mantener una relación estable con otra persona.
A mí eso me parece de juzgado de guardia. Por supuesto hay mucha gente que carece de madurez afectiva o sentimental, o no se bien como llamarlo, y nunca han oído hablar siquiera del opus dei, pero es que entre los Ex del opus dei es la norma general en el momento de la salida, lo cual hace a la institucion sospechosa al menos de no cuidarse de que el desarrollo personal de sus miembros sea completo. Y hombre, cuando uno da la vida a cambio, me parece que es lo menos que se puede esperar. Me parece, digo.
La referencia que haces al valor de la virginidad de la mujer en la noche de bodas me parece muy respetable pero al menos en España que es el pais que mejor conozco, creeme que a día de hoy es algo muy excepcional. A mí excepto en mi colegio del opus nadie me dijo nunca que una mujer valga más que otra porque sea virgen el día de la boda. Evidentemente yo no pienso que sea asi (aunque respeto lo que tú piensas), y por lo tanto no me parece que sea de agradecer el permanecer virgen hasta los....no se, 40, por el hecho de haber sido numeraria. No me parece que te hayan hecho ningun favor, más bien al contrario, para qué nos vamos a engañar. Y lo mismo me sirve para ellos.
Por último me alegra poder decirte (deciros, de hecho), que los hombres puros e inocentes sí existen fuera del opus dei. Tienen además la ventaja añadida de que no son misóginos (característica bastante extendida entre los numerarios del opus dei, confío en que nadie se pique...). Y encima se han ahorrado ese calvario de normas y constreñimientos, y su madurez afectiva suele ser bastante elevada. Sí hay pocos, pero como dicen los gallegos, son 'como as meigas, que haberlas hailas'. Es cuestión de buscarlos, chicas, no perdais la paciencia!.
O sea, que gracias al opus dei quéeee........??????????. Te lo digo de corazón y con cariño, pero de verdad que cuando lo he leído no sabía si reir o llorar. Es cierto que Dios sabe sacar grandes victorias de las grandes derrotas, y bueno de lo que solo parece malo, pero partamos de la base de reconocer que eso es malo, o sea que de dar gracias nada. En todo caso pedir indemnizaciones por el daño causado.
Un saludo cariñoso,
Isabel Nath
