Hay ocasiones en que parece que nadie está de acuerdo en nada, hay otras épocas donde la historia muestra que ha habido un consenso social muy grande. En esta en que vivimos el consenso brilla por su ausencia en muchos temas, casi siempre aleatorios, pero también en muchos básicos.
La tentación para los que lo tienen claro es hablar del relativismo de los otros, con un sobreentendido de comodidad., sin ver que también la comodidad puede estar solidamente instalada en aceptar lo de siempre.
Yo pienso que la situación no es nueva y que corresponde a un momento de Cambio de Epoca. ¡Claro que no tendríamos tantos problemas si todos pensasemos igual!, pero esto solo es un deseo,. La situación actual es desenvolverse en un totum revolutum de ideas, modas, concepciones y visiones culturales cambiantes. Y frente a esto tendremos que encontrar , como pedía Franco Battiato “Un centro de gravitá permanente” que nos permita se coherentes con nuestras ideas al mismo tiempo que ciudadanos del mundo.
Claro que el relativismo existe. En todos los lados : Mientras la Iglesia como tal defiende los derechos humanos, un cardenal peruano de la Cosa, esta citado diciendo públicamente que son “una cojudez”. No hace mucho alguien comentaba muy bien en esta página de la web la diferencia de enfoque ético de miembros de la Cosa según se toque “lo esencial “ o los temas de poder y dinero. Y para salirme del tema ¿A quien de nosotros no le parece que el último Concilio se ha empleado para defender una cosa y su contraria?
Y esto es extensible a buena parte de, yo diría , nuestras vidas y al momento presente.
Cuando incluso el viejo consenso de la “ley natural”, está menos clara que antaño y parece usarse muchas veces para defender intereses de parte, la canción de Battiato pidiendo algo “que no nos haga cambiar de ideas sobre las cosas , sobre la gente”, vuelve a ser de actualidad..
Esto, creo yo, nos afecta a todos en menor o mayor medida y posiblemente a nosotros aun más, ya que hemos acabado de rechazar un paradigma básico en nuestra vida anterior y estamos buscando, en este lío actual, los nuevos parámetros existenciales.
Hay cosas que sirven: el sentimiento de filiación divina, la devoción a la Virgen, la diligencia en el trabajo, el sentido del deber son cosas que no conviene desdeñar y además siempre nos quedará el rasero mas básico.¿Que hubiera hecho Jesús en este caso?.
Al final, en medio del batiburrillo, uno siempre tiene un poco de tiempo de hacerse esa pregunta. Acertaremos o no, pero no dudaremos de nuestras intenciones.
Con cariño
Cooper
